"Como un sauce al lado de vastas aguas". Ezequiel 17:5

martes, 19 de julio de 2011

Derechos y obligaciones

Como siempre, encontré muchas de las repuestas a las preguntas de la actualidad en los bares, porque en ellos se encuentran, y permítanme el tópico, la personas de a pie; las personas con las que puedes entablar una conversación, más o menos abierta, sobre cualquier tema. Me refiero a cualquier tema que trate sobre fútbol o política, entiéndase. Y en el día de ayer el tema era la editorial que firmaba el diario El País titulado Final de ciclo.
En mi querido bar La Legión, donde me reúno con mi tío con cierta frecuencia para tomar el aperitivo con el fin de solucionar el mundo, la pregunta de orden era la siguiente, supuesta y planteada por todos: ¡Coño! ¿y se dan cuenta ahora de cómo esta España?. Pues si caballeros, se dan cuenta ahora. O han ignorado con falacias y apoyos pueriles a este gobierno, hasta el momento en que se ha hecho irremediable el mantener los ojos cerrados, más si cabe con los últimos acontecimientos políticos de cambio de poder socialista, y el azote a sus colegas apoderados era necesario. Porque al fin y al cabo, españoles somos todos oiga, aunque a "Tales" les cuente afirmarlo.
Sobre los comentarios y conversaciones mientras tomaba la primera caña en mi bar de costumbre a mediodía, estaban muchas ideas de los tweets que esa misma mañana había reflejado en la red tras leer la editorial. Entre ellos la pésima situación en la que se encuentra España económicamente, abocada a la bancarrota, la brecha abierta de la división territorial y de identidad del país, por descontado el movimiento 15-M y el cambio de bastones de mando del gran ZP a sin duda su mejor sucesor, el Sr. Faisán, más conocido Alfredo P. Rubalcaba.
Sin embargo me sorprendió escuchar mientras leía el diario Marca (Todos tenemos nuestras debilidades) cuando entre conversación y conversación se coló la palabra moral, y a su vez la palabra principios, así como valores. Valores morales. Palabras y argumentos que para nada tienen "valor" útil para los actuales representantes de la maltrecha democracia que nos ampara a todos, aunque "Tales" no se den cuenta. Y es que a la vista de todos, aunque la prensa amiga de los"Tales" lo haya intentado negar o amortiguar, está la crisis económica profundizada en mayor medida por la dejadez del gobierno del talante zapaterista y el golpeo constante a la cordura económica, haciendo oídos sordos a toda Europa sumida en la crisis, mientras desde su atril de la Moncloa vitoreaba que no existía tal crisis. Repito que a la vista está lo sucedido y acaecido. Pero no tan a la vista está el daño coyuntural e irreparable en décadas que están generando a la sociedad con su política totalitarista del amiguismos, del busca voto fácil y de negociaciones turbias con terceros armados con bombas.
Pocos lo han comentado, y menos aún lo han publicado y mencionado abiertamente en los medios ¿el qué? el daño que se está haciendo a los principios de una sociedad, a los derechos y obligaciones que tenemos como ciudadanos. Si señores, derechos y también obligaciones. Pero parece ser a muchos solo les gusta los derechos, y se sientan en sus ministerios mientras varean y meten el dedo en la herida de las dos españas para fomentar más dolor, más odio y más división, con fin último de mantener sus garras clavadas al poder. Como ejemplo un botón, y  solo citándolo sus palabras se encuentra todo el daño y dolor que con ellas se ha querido hacer: Memoria Histórica.
Uno de esos pocos que sí han sacado el tema a la palestra y han hablado sobre el daño moral que se está haciendo a nuestra sociedad ha sido Carlos Dávila, director del diario La Gaceta, y que mientras escucha y conversaba con los tertulianos del bar La Legión, recordaba muchos de los comentarios y preguntas que le hicimos en una entrevista unos compañeros y servidor a principios de este año. Sobre la crisis moral y de valores a la que nos ha llevado el actual gobierno en casi 8 años de ineficacia en todos los campos, Dávila catalogaba en: Crisis institucional, que ha destrozado la justicia y los órganos de gobierno; Una crisis de confrontación política entre los sus partidos afines y los que no lo son; La citada crisis histórica, porque ha vuelto a dividir a los españoles en dos bandos; y una crisis social, ya que la gente esta invernando al no saber lo que está pasando y ocurriendo con el gobierno.  
Extraeré de la editorial "Final de ciclo" unas frases que resumen muy bien la intención de este artículo de opinión que ahora lee: "A la fecha nos encontramos con un país amenazado de ruina (atrapado en la vorágine de los mercados financieros desatada sobre Europa), sin perspectiva, con serios problemas de cohesión social y aun territorial, en el que cunde la desilusión entre los ciudadanos sin distinción de ideologías o de clase social".
Y me preguntarán en este momento ¿Y cuál es la solución? ¿La tienen usted? Pues no, no la tengo. Como creo que tampoco la tiene el Sr. Faisán. Sin embargo si me atrevería a decir que la solución pasa por un cambio, por el diálogo entre los partidos, por encauzar reformas futuras sobre nuestra ahogada política, economía y joven democracia. Y no pasa por jugar al juego de poder al que corretea el socialismo para aguantar cuanto más mejor en los sillones del congreso; y mucho menos por legitimar asambleas rudimentarias en la calle amparando ensuciar las calles para que los servicios de limpieza, pagados por todos, lo recojan más tarde o enfrentándose a los cuerpos de seguridad por hacer su papel al detener un delincuente.
El principio de la solución pasa por escuchar, tanto en los bares y en las calles. Escuchar lo que dicen los ciudadanos que tan importantes es en este juego, y no el deseo de ostentar poder sin importar el fin. Y para ello ZP a de dar su último servicio a nuestro país, escuchando a la sociedad y anticipar su voz con elecciones. Es decir, que cumpla con sus derechos, pero también con sus obligaciones.

jueves, 30 de junio de 2011

Lenin y Stalin: Los obreros de la “política de agitación”

La propaganda política de masas del Comunismo en el siglo pasado, estuvo principalmente representada en las figuras de dos de sus artífices: Lenin y Stalin.
En las biografías de personajes históricos como Lenin y Stalin, semiretratados en estos párrafos, y si investigamos más sobre ellos, nos damos cuenta de que cambiaron los términos fundamentales de la denominada “propaganda de agitación”.

En la gran mayoría de los procesos de cambio y revolución social, o de forma directa, en el cambio en los términos que pudieron caracterizar a una sociedad entera, tales como las revoluciones liberales y socialistas de los siglos XIX y XX, han estado presentes una serie de actores que a día de hoy aún conscientes de su existencia e influencia en nuestra mentalidad y conceptualización, no admitimos como tal realidad y negamos sus hechos: Hablamos de la propaganda política. Una herramienta de agitación social, de arrastre y persuasión de masas, de predicación de ideales, de una ideología política, social, económica, publicitaria, consumista, etc. Una herramienta de gran utilidad que se ha convertido en muchos momentos de la historia en una verdadera arma intimidatoria.
Tenemos recientes las presentes campañas electorales autonómicas, en las que hemos elegido mediante un proceso democrático, es decir, y muy brevemente, con nuestro voto, a nuestros representantes políticos en la ciudad en la que vivimos, en nuestro barrio, en nuestra comunidad. Y repetimos bajo el amparo de un sistema electoral democrático, sin trampa ni cartón. Sin influencias “enmascaradas” en nuestra decisión. ¿Es esta la realidad? ¿Pensamos que elegimos en base a nuestros pensamientos y gustos, a nuestros principios e ideologías políticas y sociales sin ninguna influencia? Con cierta ironía, me atrevería a decir que no.
La historia, ciencia olvidada para muchos y maltratada por otros tantos encargados de cuidarla, tales como las figuras de líderes políticos de los que hablaremos, nos ha demostrado y contestado a las preguntas que hemos planteado anteriormente. Y nos ha demostrado con hechos que la propaganda de agitación política siempre ha existido. Y como hablamos de hechos, nos valdremos de esta ciencia como referente pedagógico, y desglosaremos utilizándolo como ejemplo uno de estos acontecimientos históricos de relevancia,  en el que si bien la propaganda política y su empleo como instrumento de influencia siempre han existido, este en especial marcó un antes y un después en la tónica habitual de actuación de tal actor principal de la política, convirtiéndola en lo que es hoy. Hablamos de la propaganda política de masas del Comunismo en el siglo pasado, principalmente representado en las figuras de dos de sus artífices: Lenin y Stalin.
Empezaremos señalando que tanto Lenin como Stalin, emplearon estas herramientas políticas para la consecución de un objetivo. Objetivo que querían conseguir a toda costa, y que mencionaremos más adelante. Lo mismo ocurría, por tanto, con la teoría en si del Comunismo utópico. Tenía, y sigue teniendo, un objetivo claro y común a todos los aspectos de su manifiesto teórico, crear una nueva sociedad liberalizada de las cadenas que la atan. En la Rusia de la época este era el contexto histórico, el tablero de juego: unos querían el cambio radical de su situación, el proletariado y el pueblo, y otros anhelaban mantener su status de poder hegemónico como gobernantes, los Zares. Así, y bajo esta trama de tensiones venidas desde las revoluciones del siglo XIX y principios del XX, de nuevo el cambio debía pasar por otra revuelta. Una revuelta que sería definitiva. Era el momento del cambio social. Era el momento de la salida a la escena mundial del Comunismo. Fue el momento de la Revolución de Octubre de 1917, y este era a su vez, el momento de Lenin.
Era el instante de romper con la historia; con el fin del antiguo régimen establecido y el nacimiento del primer gobierno de campesinos y obreros del mundo. Y para ello, Lenin y otros líderes bolcheviques en el exilio, se pusieron manos a la obra y volvieron a su madre Rusia, con el objetivo que en párrafos anteriores citábamos tenía este líder, crear una nueva nación revolucionaria, y por ende, un nuevo hombre soviético. Sabedor de que sin el apoyo a largo plazo de las clases trabajadoras la revolución acabaría cediendo a las corrientes totalitarias que se germinaban en toda Europa, y contando con el problema añadido del alto analfabetismo de los ciudadanos rusos (el 80% de la población no sabía ni leer ni escribir) por lo que su compromiso con la Revolución también acabaría perdiendo auge por no entender la profundidad de la causa bolchevique, Lenin se hizo cargo del levantamiento. Derrocando así al gobierno provisional tras la Revolución de Octubre, Lenin se convirtió en la figura de liderazgo de  El Partido, y en la base de la formulación política de revolución de la Rusia del momento.
Las calles se inundaban de color rojo, se empapelaban con verdaderas obras de arte de las técnicas gráficas. Meros carteles, pero que reflejaban a un Lenin eufórico, luchador, enérgico, bajo la bandera del partido exacerbando a las masas hacia la gloria de El Partido Comunista, de la revolución del proletariado. Unos carteles que reflejaban el espíritu que se pretendía inculcar en las masas, que el desánimo por los años de guerra civil no hicieran meya en su firmeza frente al amenazante Ejército Blanco, que representaba los valores de la opresión del pasado. Unos carteles que reflejaban a un líder carismático: Al líder Lenin. Este fue el principio de la denominada “propaganda de agitación”.
Sin embargo, aún con estos esfuerzos por mantener el espíritu revolucionario vivo en los ciudadanos, la pieza clave de la Revolución de Octubre, la guerra civil que la sobrevino entre los revolucionarios representados por el Ejército Rojo, y los todavía fieles a los zares encabezados por el Ejército Blanco, hizo de la Rusia Soviética una Rusia exhausta y empobrecida. Las enfermedades y el hambre castigaron a una diezmada población, que perdía la fe en el nuevo sistema. Las clases medias cultas, y ricas, emigraban a Europa en busca de seguridad. Así, la economía rusa sufrió una caída y posterior estancamiento que el nuevo, y poco preparado, Estado Soviético no podía subsanar con las herramientas de las que disponía.
Si bien fue capaz de salvar su cabeza política, y mantener el Gobierno Soviético, Lenin era consciente de la baja autoestima del pueblo, de la columna vertebral del futuro comunismo que pretendía crear, del nuevo ideal de hombre soviético. Por ello Lenin llevo a la práctica máxima su propaganda política centrado en la mente popular.
Durante los siguientes años a la Guerra Civil Rusa, la “propaganda de agitación” realizada por Lenin subió un par de peldaños más. Sabía tratar a las masas, y de donde podía tirar de ellas para cumplir los ideales de El Partido. Festivales callejeros y teatros de masas al aire libre llenaban las calles para mantener el entusiasmo revolucionario frente a las dificultades económicas y de identidad política que sufrían sus compañeros ciudadanos. Se generó una atmosfera festiva y colorista ejemplificada en los actos del tercer aniversario de la Revolución de Octubre de 1917 en los que tranvías, carromatos y tablados improvisados en el Palacio de Invierno escenificaron su asaltamiento, cargada de símbolos revolucionarios, siendo los protagonistas de la actuación los ciudadanos de a pie, armados con porras de juguete y al son de los himnos de batalla del Ejército Rojo, quienes tomaban el palacio anunciándose el desenlace y la victoria final con efectos cinematográficos proyectados en las paredes y fuegos artificiales desde un montaje del buque “Aurora” en mitad de la plaza del palacio. Sin duda alguna, unas representaciones grandilocuentes que nos cautivarían sin duda si estuviéramos presentes, y nos contagiarían los gritos y vítores ensalzando la figura de Lenin y el Estado Soviético.
A estas grandes representaciones le siguieron grandes proyectos arquitectónicos. Como las obras del plan de propaganda monumental, como la escultura a La Madre Rusia, de 85 metros de altura erigida en lo alto del monte Mamayev Kurgan. O el poco conocido proyecto de la Torre de Tatlin, cuya planificación consistía en la construcción de una Ciudad Estado Socialista que albergaría al futuro gobierno socialista, y que serviría como zona de ocio principal para el pueblo por sus cines, edificios de emisoras de radio y exposiciones de arte. Un ideal de monumento que destacamos por su dimensión, simbolismo e intencionalidad, que refleja a la perfección hasta donde se quería llegar con estos planes de propaganda de masas. Proyecto que por su “osada” dimensión no llegó a ver la luz aunque el proyecto base quedó como un icono de los intentos de progreso técnico de la Rusia Soviética de Lenin
Proyectos, carteles, festivales, en definitiva propaganda política con un objetivo a cumplir: exaltar al ciudadano como figura máxima del nuevo gobierno, es decir, convencerle transmitiendo una seria de mensajes ideológicos en todos los conceptos, tanto políticos como artísticos.
Llegamos ahora a un significado verdadero  del culto a la persona, a la figura de Losif Stalin: El Emblema de Héroe soviético. ¿Y cuál era el objetivo de Stalin, utilizando la propaganda como arma política? A parte de reverenciar culto hacia su persona, lo que pretendía era acabar con la colectividad, con sus enemigos políticos con las famosas “purgas” internas, y moldear a su manera al pueblo. No interesaba que el individuo pensase de forma autónoma y que sus ideales no fueran los instaurados por su persona, o por el Estado; aunque en este caso representaban la misma figura unificada. Todo el poder le pertenecía a Stalin, por ello, se valió hasta del arte como herramienta política para hacer cumplir su ley. Maltratando y dejando de lado a las tendencias vanguardistas del momento (el impresionismo, el surrealismo, el dadaísmo y el cubismo) apoyadas durante el gobierno de Lenin, por considerarlo un arte burgués en lo que representaba, marcado por su carácter subjetivista. Con la llegada de Stalin al poder de El Partido, el realismo socialista es convertido en el arte oficial del Estado, y aceptado como la única corriente artística sin censura. El realismo socialista utilizado por Stalin y su gobierno es transformado en un principio moral cuyo deber es: Interpretar, reflejar y cambiar la realidad. Exaltar al hombre y a la mujer común en su trabajo, en las fábricas o en el campo, como algo admirable y proporcionado por el Estado. Por Stalin. La intención en cuadros como Maíz de  Tatyana Yablonskaya (1949) o Cada vez más alto de Serafima Ryangina era educar al pueblo en el sentir socialista. Hacerles comprometerse por la causa. Igual que Lenin, para Stalin el objetivo de nuevo era crear el “tipo” de hombre soviético.
Utilizó la propaganda política, de nuevo en el tan recurrida cartelismo, así como a través de la radio y la prensa escrita, para ensalzar sus logros y cualidades, a pesar de que estos fueran falsos o inventados. Convirtió a Lenin en la figura insignia de alzamiento revolucionario, haciendo de su muerte un emblema para el Comunismo de la URSS. Lo que honró aún más la figura del nuevo líder de masas, Stalin.
Se reescribieron libros de historia, se desvirtuaron biografías, se manipuló la imagen el trasfondo de la realidad para que mediante la propaganda de Estado se le presentase como el nuevo héroe soviético, el citado “tipo” ideal de superhombre comunista. Esta figura de líder fue convertido en objeto de culto. No era extraño ver los retratos, fotos o las representaciones en carteles presentado a Stalin con el gran padre de todos los ciudadanos, acompañado de niños, o aconsejando e sus compañeros con bondad, como el gran benefactor del pueblo. Hasta se sirvió del folclore del campesinado como pretexto político retratándose como el “patriarca” que acompaña a los agricultores, obreros, y hasta con los políticos para llegar a todos. Para hacerles llegar el sentir del nuevo Estado, representado de forma hegemónica en su persona.
Y en una medida mayor ocurrió lo mismo extrapolando todos estos argumentos a los años de la II Guerra Mundial. Donde la guerra se libraba entre las fuerzas del mal nazis, contra las salvadoras comunistas. La principal preocupación para Stalin durante la década de los 30, y más si cabe durante los años propios de la guerra, fue el fascismo. Hecho que quedó constatado en el nuevo impulso que dio a la propaganda política para difamar el fascismo con caricaturas en carteles y en prensa, donde se representaba a Hitler y al nazismo como la monstruosidad amenazante de Europa, o como un pelele vapuleado por los ejércitos soviéticos.
Sin embargo más gráficas y agitadoras fueron los envites prestados a la propaganda explotada de forma directa durante las batallas que se vivieron en territorio ruso. Y Stalin puso en práctica dos funciones nuevas para levantar el ánimo combativo y la fortaleza de sus ejércitos, inferiores en tecnología y número frente a las tropas invasoras del III Reich. Estas nuevas armas fueron el “heroicismo” y los Boievoi Karandasch o “lápices luchadores”.
Los carteles  de agitación política de motivación iban dirigidos a sus soldados, al ejército profesional, pero en gran medida también a la población y a las milicias voluntarias, claves en cuantiosas batallas. Stalin intercaló entre las tropas periodistas, escritores y dibujantes cuya única misión era descubrir héroes, grandes soldados, para publicar y retratar sus actos de grandeza frente al enemigo. Relatar sus historias de guerra y darlos a conocer a todos como ejemplo de Hombre Soviético. La otra herramienta para la exaltación durante la guerra que hemos citado fueron los Boievoi Karandasch. Se trataba de pequeños carteles, lanzados desde aviones o camiones por las ciudades, impresos con lemas e historias “heroicas” de batalla, para motivar y concienciar a la lucha a las milicias ciudadanas y a actuar como espías para el gobierno. Para la historia quedaron los lemas “La Madre Rusia os llama” vitoreados por megafonías durante la recuperación de la ciudad que llevaba el nombre del líder de El Partido, Stalingrado, donde se generó un punto de inflexión primordial para la victoria a favor de los Aliados durante el resto de la guerra.
En las biografías de personajes históricos como Lenin y Stalin, semiretratados en estos párrafos, y si investigamos más sobre ellos, nos damos cuenta de que cambiaron los términos fundamentales de la denominada “propaganda de agitación”. Como lo hicieron a la vez Hitler o Mussolini. Sin embargo, no debemos olvidar que esta ha existido desde que el mundo es mundo, y el ser humano ha sido política. Desde las campañas de terror de el Rey Ciro el Persa, pasando por Roma rodeado de simbolismo imperial, Napoleón y no muy lejano para nosotros franquismo. Los gobiernos totalitarios de Stalin y Hitler, o las dictaduras, como la sufrida en nuestro país, pusieron de manifiesto el empleo de estas técnicas para la motivación o convencimiento de la población. Del electorado. Haciendo de la propaganda de agitación política algo más que una definición, una ciencia.
Y el electorado se ha convertido a día de hoy en el engranaje clave. Marketing y política se entremezclan en una instrumentalización en base a la propaganda construyendo una maquinaria científica exacta para conseguir electores, en ende consumidores; artículo fetiche de ambos.
Los candidatos convertidos en marcas, bajo eslóganes pegadizos, discursos demagogos repletos de descalificaciones al contrario, saben que su victoria pasa por el electorado. Por eso venden “imagen” y no “política”. Tal como ocurrió en los primeros años del Comunismo con Lenin y Stalin, estos no reflejaban más que lo era su pueblo, los electores, lo que quieran y pretendían de estos. Este contexto se puede extrapolar a las campañas electorales actuales, y a la vida política en sí de países como el nuestro. La imagen física de los políticos, los eslóganes, propagandas y consignas políticas durante las campañas electorales ponen de manifiesto las características del candidato. Pero sobre todo las de los electores, ya que es a ellos a quienes se buscan, a quien los candidatos se venden. La imaginación, el manejo del humor, la ironía y la retorica, y por su puesto la descalificación del rival se colocan al escabel de los candidatos, principalmente a través de los medios de comunicación.
Sin embargo, un servidor se considera un romántico. Y cree que, al igual que la política actual se ha vendido al marketing y a la imagen colectiva para conseguir electores, y por tanto el poder, también cree que la política bien ejercida ha brindado durante la historia contemporánea libertades que en otras épocas hubieran sido impensables, y ha construido sociedades mejores. Siempre bajo el amparo de la pluralidad tanto política como social. Pero sí es cierto que queda en el aire una pregunta ¿hacia dónde se encamina pues la sociedad ante tal situación mundial, ante el contexto en el que vivimos en nuestros días? Mi reflexión y respuesta es esta: Si los ciudadanos y partidos empiezan a participar en esta nueva idea que asoma, esta nueva concepción democrática que apuesta por la pluralidad y la vuelta al diálogo, hará germinar las condiciones de una nueva práctica democrática, lejos de la política-propaganda de hoy día.

jueves, 16 de junio de 2011

Marketing y política ¿Hacia dónde nos llevan?

Si ahora mismo argumentásemos que la unión de la política y la propaganda son una ciencia moderna, surgida en el siglo pasado, el S. XX, el siglo de las guerras y los totalitarismos, pero también de las libertades y la democracia, estaríamos reduciendo a lo más mínimo un hecho real que ha acaparado toda la historia. Desde las campañas de terror del Rey Persa Ciro II, pasando por la grandeza paseada en sus balsas de oro de los Ptolomeo egipcios por el río Nilo, llegando a los atentados verbales de los dirigentes políticos contra Sócrates en Atenas con el fin de desterrarle, el Imperio Romano con sus miles formas de política, Los reyes absolutista, la llegada del liberalismo, hasta nuestros días, el tablero de juego de la política ha estado marcado por una cosa: hacerse con el electorado.
Sin embargo, sobre lo que si podríamos argumentar y razonar (más bien argumentar)  es sobre la ya nada escondida presencia de la propaganda y del marketing en la política actual. Donde, al igual que los productos de consumo masivo son el artículo fetiche de la publicidad y del marketing, la política se ha instrumentalizado en base a la propaganda construyendo una maquinaria para conseguir electores; y estos se han transformado en su artículo fetiche.
Los candidatos son ahora “marcas”. Y tal como las grandes marcas y firmas de la sociedad de consumo actual, estas se sustentan para la venta en un complicado aparato logístico-comercial llamado marketing, que engloba entre otras muchas materias, la publicidad y la imagen. Los candidatos convertidos en marcas políticas, se sostienen bajo eslóganes pegadizos o discursos demagogos repletos de reproches y descalificaciones a los rivales. Pero los que realmente otorgan las candidaturas y más adelante brindan los triunfos electorales son la imagen, la publicidad, la propaganda política al servicio de las campañas de marketing más estudiadas. La política y los políticos son productos expuestos en un gran centro comercial de descuentos, ofertas y chollos para la rápida compra del consumidor, sin que pueda realizar ningún tipo de conjetura, porque su atractiva imagen y asequible precio ya le han convencido.
Toda una maquinaria que genera un inmenso impacto en el ciudadano, es decir, en el electorado. Las técnicas del marketing han alterado los valores tradicionales de la vieja política, la basada en los programas electorales, en las ideologías de los ciudadanos, en la búsqueda de la mejora de los pueblos. ¿No les viene a la memoria J.F. Kennedy, aquel flamante candidato a la Casa Blanca, y el famoso primer debate político a una presidencia televisado el 26 de septiembre de 1960? No analizaremos este detalle de la historia política minuciosamente porque daría para miles de artículos y libros, y así ha sido, pero sí nos detendremos en un punto que utilizaremos como ejemplo para nuestra argumentación. 80 millones de norteamericanos se reunían esa noche entorno a sus televisores en blanco y negro para ver el debate presidencial entre el senador John Kennedy y el vicepresidente Richard Nixon. La historia nos ha permitido saber que Nixon llegaba a este debate convaleciente de una lesión de rodilla, cansado por ello de todos los actos de campaña electoral a los que él mismo había decidido asistir personalmente y con pocas horas de descanso antes del debate. Ya en televisión, se negó a que le maquillasen para disimular su aspecto y las sombras de las luces de plato. Su imagen reflejaba cansancio, y transmitía la sensación de un hombre enfermizo y agotado: La de un político acabado. En cambio John Kennedy, que lo había conseguido todo en la vida, una mujer preciosa y gurú de la moda, fama, fortuna y reconocimiento social, se presentó al debate habiendo descansado previamente, luciendo un saludable bronceado y se mostró relajado y confiado: la viva imagen del sueño americano. Tras el debate televisado, las encuestas dictaron sentencia: Kennedy, que partía con una ligera desventaja, había vencido a Nixon. Sin embargo, los análisis políticos que se hicieron años más tarde y en la actualidad consideran que en términos formales el debate estuvo muy igualado. Las personas que lo siguieron por la radio dieron a Nixon por ganador. Pero para los 80 millones de espectadores que lo vieron en televisión, dieron por vencedor a Kennedy, no por su fantástico programa electoral, sino por su buen aspecto, imagen cuidada, posición social aceptada y su mejor disposición en el debate, sin buscar la confrontación. ¿Imagen o política?
Así como el marketing a través de sus herramientas, como la publicidad, tiende a estereotipar los gustos de nuestra actual sociedad de consumo, y a despertar en ella necesidades igual de estereotipadas y superfluas de cubrir, la política se ha banalizado y reducido a la búsqueda de esas necesidades a cubrir, los electores. El político y la ciencia política son ahora una marca, han pasado a ser casi un accesorio  bajo la supervisión de la propaganda política y el marketing, dirigidos por la imagen.
Este reflejo lo podemos intuir diariamente siguiendo las agendas y discursos de los políticos, y más aun si prestamos atención a las jornadas de los congresos de diputados. Pero donde lo podemos visualizar en todo su esplendor es en tiempo de elecciones, en campaña electoral. El marketing político también estandariza un discurso de campaña, una imagen, un eslogan. Ha edificado un discurso “tipo” en base a estor estándares, y se ha convertido en su  rehén, en esclavo de la propaganda y de la imagen, en una “marca política” a la venta por el voto del candidato. ¿Qué nos dicen las consignas políticas en tiempo de campaña, qué nos trasmiten los carteles que empapelan las ciudades, qué nos argumentan en los mítines, qué vemos por televisión? Lo único que sacamos en claro es un puñado de ideas, reiteradas miles de veces a través de los medios masivos. Porque como ocurre con las campañas publicitarias de nuevos productos, el éxito consiste en la mayoría de los casos en el bombardeo máximo, en la repetición y no en la suma de los detalles. Raro es escuchar la lectura de un programa electoral, unas promesas a los electores que no sean lo que quieren oír. Se trata de una estrategia de asedio, que paraliza al espectador-elector, absorto ante la difusión indiscriminada de mensajes.
La imagen física de los políticos, los eslóganes, propagandas y consignas políticas durante las campañas electorales ponen de manifiesto las características del candidato. Pero sobre todo las de los electores, ya que es a ellos a quienes se buscan, a quien los candidatos se venden. La imaginación, el manejo del humor, la ironía y la retorica, y por su puesto la descalificación del rival se colocan al escabel de los candidatos, principalmente a través de los medios de comunicación. Y no estamos dramatizando, quien más quien menos recuerda algún eslogan de campaña, sin ningún sentido político, solo dirigido a minusvalorar al rival, algún artículo de opinión que parece una granada de metralla contra el candidato rival y su electorado, o la viñeta de turno exagerando las facciones y ficciones de algún miembro del bando rival.
De hecho, podríamos poner un ejemplo durante la campaña a las elecciones municipales y autonómicas  de mayo de este año que hemos vivido recientemente que ha tenido gran protagonismo, y ha sido objeto de críticas y alabanzas. En varios carteles de campaña por toda la ciudad se podían leer la frase “quiero para Madrid lo mismo que zapatero ha hecho para España”, palabras pronunciadas por el candidato del PSOE a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Tomas Gómez. Estas palabras han sido utilizadas a la inversa por sus máximos contrincantes políticos en las elecciones, el Partido Popular, como eslogan en forma de  burla irónica presentándola en carteles con el color rojo característico del partido PSOE junto con la imagen de los dos implicados, firmado por el logotipo del PP. ¿El objetivo? Esta es la estrategia de posicionamiento de los candidatos, del marketing político.
Y por efecto simpatía, lo mismo ocurre con los electores, el otro punto clave de la política de partidos. El posicionamiento del candidato, si analizamos las campañas electorales y los mensajes que en ellas se utiliza, está estrechamente relacionado con el pensamiento de estos hacia ellos. Tanto con los partidos por los que se sienten simpatizantes, como por los llamados competencia, el partido antagonista. De nuevo volviendo a la comparativa del marketing y la venta o el lanzamiento de un producto dirigido a las masas, el posicionamiento ideológico y electoral de los candidatos es el lugar que ocupan ellos en la mente del consumidor, del votante.
El marketing al servicio de la política utiliza como arma el conocimiento del sector objetivo al que se dirige, el electorado. Y su objetivo, ganarse su voto y confianza, con muchos o con poco argumentos políticos, utilizando la imagen de ellos que estos desean ver.
Pero también encontramos un contrapunto en la sociedad vigente, que además en estos momentos es el tema del que todos hablan. ¿Es tan decisivo el marketing político actual en la sociedad que nos permite ver nada? Me atrevería a decir sin miedo, que a día de hoy, nos encontramos ante una sociedad globalizada, que a pesar de su globalidad, es cada vez más indiferente o apolítica, debido a que en el buque de la política mundial actual no encuentra soluciones futuras para un barco que se hunde poco a poco. Por el contrario, encontramos el aumento en el apoyo de los movimientos sociales que demandan y reivindican la mejora, no solo de un sistema político en concreto, sino del significado de la política y de la democracia, tal como está sucediendo con el bautizado “movimiento del 15M” en Madrid, y que se ha extendido por toda la geografía de España, inclusive de algunos puntos de Europa.
La política siempre ha acompañado a la humanidad en su andadura hacia la búsqueda de sociedades mejores. En muchos casos convirtiéndose en pesadilla, en otros muchos alcanzando libertades que nunca se hubieran imaginado. En la existente sociedad globalizada, donde el marketing ha inundado la política y se han perdido muchos de sus valores fundamentales por actuaciones contrarias a su filosofía, son muchos los que hablan del fin de un ciclo político, económico y social que nos lleva hacia el fracaso. Pero es precisamente, en las zonas fronterizas donde la vida se desarrolla más notablemente y con más efectividad, como ocurre en la naturaleza con las zonas coralinas, los humedales o las zonas volcánicas, donde conviven varios ecosistemas en perfecta simbiosis, creando un equilibrio perfecto. Ante la actual situación de crisis de identificación y significado político, hemos de apostar por la frontera, Es decir, por el pluralismo tanto político como social. Sin duda que la globalización ha conllevado la mejora de la sociedad en muchos aspectos, y no solo en términos políticos y económicos, podríamos hacer referencia a avances tecnológicos, médicos, científicos, de transporte y sin duda de comunicación. Pero la utilización de estos medios de masas han impuesto un modelo dominante de comunicación, de política y de economía vertical: impersonal, largo, homogéneo y unidireccional. Es por ello por lo que, si una parte de la columna se ve dañada, es muy problema que la estructura completa se derrumbe, justo lo que ha ocurrido con la crisis financiera actual. Pero el principal problema, bajo mi análisis y punto de vista, que ha generado este sistema global y vertical es el fin del pluralismo cultura. Y es la existentica de diferentes culturas donde encontramos la riqueza de todos los pueblos. Este debería ser uno de los nuevos principios filosóficos para la nueva política, y no dejarse dominar por la facilidad del manejo de la masa electoral por la propaganda y el marketing. Herramientas que mal utilizadas, son un arma muy dañina contra la sociedad, pero que utilizadas para el fin que venimos mostrando en este último párrafo de conclusión, mantener y ayudar al pluralismo de culturas y políticas de este mundo, serían de grandísima ayuda.
Sin embargo surge la pregunta inevitable ¿hacia dónde se encamina pues la sociedad ante tal situación mundial, ante el contexto en el que vivimos en nuestros días? Mi reflexión y respuesta es esta: Si los ciudadanos y partidos empiezan a participar en esta nueva idea que asoma, esta nueva concepción democrática que apuesta por la pluralidad y la vuelta al diálogo, hará germinar las condiciones de una nueva práctica democrática, lejos de la política-propaganda de hoy día.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Ese sauce

Los viejos árboles hablan de historias ya pasadas. Y guardan grandes secretos tras una misión que cumplir.
El Salix alba es un árbol caducifolio de la familia de las salicáceas que abunda en climas templados, especialmente en el centro y sur de Europa, y que necesita de lugares húmedos, como los ríos y zonas pantanosas, para su crecimiento. Suelen formar bosquecillos a lo largo de las corrientes de agua. La belleza de estos árboles radica en las largas y finas hojas, que cuelgan de sus delgadas ramas.
 “[…] Ese sauce, leyenda de amores bajo sus elegantes ramas, también representa batallas. Desafíos a espada y pugnas con palabra. Enfrentamientos de significados, identidades, imposiciones, palmas por la victoria y lamentos por la derrota. Llantos por la pérdida. No por la pérdida total, más bien por la no culminación. Por el “no” entendimiento, por el “no” permiso. Por el deseo de lo inalcanzable, pero amado, que llevó a esa pretensión a convertirse en algunos casos en avidez. En otros en pasión, tal vez correspondida, probablemente no, y que tornaron en súplicas bajo su follaje. Más acabaron convirtiéndose en árbol. En hojas. En ramas. En savia. En sauce. En ese sauce”.
Pero esto es solo para los que lo creen. Para aquellos que no son solo capaces de reconocerlos e identificarlos.
Para los que son capaces de escucharlos, no con los oídos, sino con imaginación.
Sildavia

lunes, 2 de mayo de 2011

Jaque a Oriente. Mate a Occidente

Hoy, 2 de mayo de 2011, el Ejército de los EE.UU consiguió en una misión especial acabar con la vida de Osama Bin Laden, la peor pesadilla en los últimos 15 años de la historia contemporánea de Occidente. Y en concreto de EE.UU.
El mayor atentado de la historia de la humanidad, fue su mayor logro. Tener en jaque a toda la sociedad internacional, su juego favorito.
Muchos celebran su caída. Servidor también lo hace.
En el actual contexto internacional, principalmente el momento en el que vive el mundo árabe, donde régimen tras régimen son países como Egipto, Túnez, Yemen, Siria y Libia los que se levantan para conseguir un cambio hacia algo “mejor”, y donde El Viejo mundo occidental tiene colocados muchos de sus peones: ¿Cómo calará la muerte de uno de los lideres extremistas islámicos más conocido? Uno de los grandes temores de este Viejo actor, Occidente, era que tras las revueltas en el mundo árabe, se alzasen con el poder grupos musulmanes extremistas. O siquiera consiguieran más respaldo popular del que tienen.
Tras lo ocurrido hoy, este temor, y el ya conocido miedo al terrorismo internacional, pende de nuevo sobre nuestro Viejo actor.
¿Qué movimientos acontecerán a partir de ahora? Lo iremos estudiando según vayan sucediendo.
En mi opinión Occidente ha provocado un jaque. Pero, en base a la posible respuesta de Oriente y a su situación actual, es ella la que se acabará encontrando en jaque mate.

La España del subdesarrollo

Empezaremos por cifras. Meras y simples cifras que no reflejan del todo la realidad, pero si la acentúan. Entre enero y marzo de este año 2.011 se han registrado en las listas del INEM 2.372 personas más. Lo que nos lleva a la suma histórica de 4.910.200 personas en paro: Un 21,29% de la población española está sin empleo.
Sigamos con las cifras del desempleo (repito meras y simples cifras, que para algunos miembros del actual gobierno nada son). De casi 5 millones de parados, 867.200  son menores de 25 años. Jóvenes sin expectativas reales de encontrar un empleo en la situación actual de “crisis”.
Y este es el lado más triste que no reflejan las encuentras e investigaciones del CIS, ni las  meras cifras: El desanimo. Un desanimo colectivo de una población que no ve solución al contexto actual, y una crisis que se está cebando con las familias. Hoy hay 1.386.000 familias españolas con todos sus miembros en situación de paro. Son ya 30.000 familias al borde la pobreza, que han de acudir a los centros y entidades sociales de ayuda para poder comer, ya que cifras del trimestre finalizado en abril nos dejaron una subida de los en impuestos a empresas del sector alimenticio, que lleva a  la subida de los precios de sus productos que acabamos pagando los ciudadanos de a pie en situación de desempleo. Sin mencionar extensamente las resubidas del gasóleo, el IVA y el tabaco. O la luz, que desde enero ha visto su factura incrementada un 9.8%. Pero son simples cifras.
Y esta situación nos lleva a una inflación del IPC en este último trimestre que se sitúa en el  3,8%. Del desarrollo económico de hace tan solo una década, al subdesarrollo constante que sufre España.
Y si señores, he dicho subdesarrollado. España es un país en subdesarrollo. La marca española muere frente al desanimo de su población. Una población castiga injustamente por el mal hacer de un gobierno que nos ha expropiado de nuestro futuro.
¿Y cuál es la respuesta de las cabezas pensantes del Gobierno de ZP ante la actual “ahogada” economía española? El portavoz y Vicepresidente del Gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba comento en rueda de prensa tras el Consejo de Ministro la semana pasada que los datos eran “malos, malos, malos”. Hasta aquí todo bien. Pero seguidamente explicó que “a partir de ahora se creará empleo, empleo y empleo. Abril, mayo y junio serán buenos meses y este máximo de hoy no lo vamos a volver a alcanzar”. Lo que nos llevan prometiendo desde 2008, que la economía española irá creciendo. Pero no nos dicen cuando, ya que para este gobierno socialista la ciencia económica ha de ser una poco fiable, difusa y mal lograda incapaz de aportar datos seguros sobre el futuro del país.
Pero no quedo aquí la cosa. En esta misma rueda de prensa pasaron de los chistes a los ataques a esos malvados ogros miembros del PP, a los que parecen tener miedo. El Ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, dio la sorpresa al decir que “ocho de cada diez despidos producidos en la crisis se han hecho al amparo de la reforma laboral que fue aprobada por un Gobierno en el que era ministro Mariano Rajoy”. ¡Coño! ¡Si el culpable de la nefasta situación laboral y económica de España la tiene Rajoy! Y nosotros, ignorantes ciudadanos sin saberlo y sin darnos cuenta en 10 años. Y lo peor de todo es que tienen el valor para decirlo, y acusar a la oposición de la parálisis en la toma de decisiones del Gobierno de ZP frente a la crisis que asola el país, sus arcas y su población.
Las triquiñuelas y embustes, además de la dejadez en la toma de decisiones, son los adjetivos que representan el Gobierno del PSOE, al presidente ZP y a sus cabezas pensantes, su gabinete, que con sus argucias políticas, pactos con nacionalistas y reformas sin ningún fin solo buscan conservar el poder todo lo que puedan. No para gobernar y dar solución a la crisis y a los problemas de su nación. Solo para no perder el poder.
Las cifras de la inflación son simples datos. Pero que reflejan el mal trabajo de un gobierno que no convocará elecciones generales anticipadas a menos que su sectarismo interno se lo permita. Y eso nunca ocurrirá.
Las cifras del paro son meros números. Pero que nos colocan a la cola de UE. La proyecciones presentadas por la OCDE en París hace unos días (estos se ve que sí confían el ciencia económica, por el contrario del Gobierno de España) recordaban que la tasa de paro juvenil en España se mantendrá por encima del 40% el menos durante un año más. Esto es, si las reformas en materia laboral y económica de ZP y su gabinete funcionaran.
A estas simples y nada importantes cifras, habría que incluir las de la caída del sector privado, que perdió 210.700 empleados en este último trimestre. El verdadero generador de dinero y de empleo donde se asienta la economía y la riqueza de un país. Pero un sector ahogado, sin ayudas y sin la posibilidad de crédito para grandes y medianas empresas, no puede generar empleo sin el crecimiento de bancos y cajas que le suministran crédito y el apoyo de su gobierno.
Mientras, nuestro presidente se vanagloria en mítines de precampaña para las próximas elecciones durante este fin de semana de “mal conservar” el estado de bien estar durante la crisis y de sus “super reformas”.
La única reforma eficaz sería la anticipación de las elecciones generales. El cambio hacia el progreso y el desarrollo y no hacia el subdesarrollo al que nos ha condenado la incapacidad de gobernar de ZP y sus amigos.
Mientras, las colas del paro son el rostro de un país en decadencia, con casi cinco millones de parados. Pero esto son meras cifras.

viernes, 15 de abril de 2011

Sildavia

Sin ello

La cosa es que no hay cosa. Que no hay fantasía.
Me veo en la necesidad de escribir. Y no sé de qué.
¿Del Caso Faisán? ¿De Chávez? Es lo que tengo en mente que me gustaría investigar para hacer un articulín. Y bien dicho, es lo que tengo en la mente.
Pero no es lo que tengo en la cabeza. En la cabeza tengo fantasía. Y hace un breve tiempo que no la hago caso. No la dejo hueco.
No digo que no la escuche, sino que no la atiendo. Ya que me dice lo que quiero oír y no lo que debo oír.
Pero la cosa es la cosa, y no hay tal cosa. Y no tengo ganas de escribir sobre la tan grande, para mí, y anodina, también para mí, política en general y sobre algún tema en particular.
Y no se a que se debe mi falta de tino. Que no de inspiración. Porque esa diosa si la albergo, pero no la extraigo. Repito, no porque no quiera, sino porque no debo.
No hay fantasía, porque la niego.

Sildavia

sábado, 9 de abril de 2011

Las fronteras, los mejores escenarios de la vida

Alejandría, Egipto S. III. Una época de cambios. Un tiempo de confusión. Romanos y persas se reparten el mundo conocido. Pero la decadencia de uno de estos grandes imperios es ya latente. El destino del “nuevo mundo” comienza ahora.
Bajo esta máscara, ocurre una historia que mezcla lo real con lo fictício. Lo divino con lo profano. Y los protagonistas de esta historia, que son el amor y el sexo. La más pura Alejandría. Ahram el Navegante, el filósofo y poseedor de la palabra Krito… Y sin duda los misterios de Glauka y sus ojos color océano, envuelta en belleza y un destino que no quiso vivir.
Bajo este marco José Luis Sampedro escribió “La vieja sirena”, uno de mis libros preferidos,  por no decir el preferido.
Releía esta mañana alguno de los pasajes que con mimo he ido subrayando, y memorizando, a lo largo de las innumerables veces que lo he ya no leído, sino estudiado. Y me sorprendía nuevamente la capacidad de análisis que hace valedor a Sampedro entorno al cambio de protagonista al que se enfrentaba el mundo de aquellos siglos, mezclado todo ello con la magia de los sentidos, y como este pasaje se puede extrapolar a nuestra actualizad para explicar el también cambio de actor que seguramente veremos en no demasiadas décadas.
Os plasmo dicho pasaje en el que Krito, consejero y fiel amigo de Ahram y Glauka, intenta explicar a esta última el afán en la búsqueda de poder de Ahram, su esposo.
 “- Es cuestión de mirar suficientemente lejos. Ahram piensa, sin dudarlo, que los males actuales vienen de la rivalidad entre Oriente y Occidente, de que ambos explotan al resto sin tener la capacidad y el talento para dirigir el mundo. Cree que rivalizando Grecia, madre de todo Occidente, y aportando el Oriente Palmira, se puede crear un núcleo central que diluya la tensión y garantice una libertad pacífica para un mundo de intercambios sin explotadores… pero olvida, como he apuntado hoy, todo el resto de la humanidad. Y olvida además que la cultura griega vive hoy de recuerdos y ya no es creadora, y que lo mejor del Oriente no está en Palmira, ciudad casi romanizada aunque mantenga templos a Bel, y las que sólo interesa monopolizar las rutas de caravanas como Ahram quiere monopolizar las del mar. Los dioses de Grecia, como los de Palmira o los de Roma, ya no inspiran ninguna creación… ¡Hasta las estatuas modernas reflejan el desconcierto por comparación con las antiguas! Y en cambio, por las llanuras escitas, por las selvas de la India, por las tierras desconocidas del país de la seda, por los campos de los hipopótamos y los elefantes donde no sabemos cómo nace el Nilo, y quién sabe si más allá del mar de Occidente, hay hombres, pueblos, dioses… El futuro, Glauka, no puedes ser de unos dioses ya muertos; de unos creadores sin sucesión. El futuro a de ser de todos ellos, los que no son nosotros, y ellos acabarán englobando a Roma y Grecia, a Egipto y a Palmira… Piensa que incluso aquí mismo están surgiendo dioses nuevos… el futuro es de ellos, de los que llamamos bárbaros. Ese otro mundo es la frontera de la historia y la vida es más fuerte que las fronteras.”
La vieja sirena
José Luis Sampedro
Este diálogo no saca a la luz la argumentación y el hilo del libro. La vieja sirena es una historia que abraza los sentidos, sobre los misterios de una mujer que está “enamorada” de la vida. Una historia de amor, en el mayor sentido de la palabra.
Una historia atada a un libro que nunca entenderán, si no han estado enamorados.

miércoles, 6 de abril de 2011

Vergüenza ajena

UN GRUPO DE FEMINISTAS DE ULTRAIZQUIERDA REIVINDICA EL ATAQUE A UNA IGLESIA CATALANA
Hubo una época en la que manifestar cualquier tipo de ideología política o confesión religiosa contraria a lo comandado por un gobierno dictatorial aquí en España, era imposible. Uno se jugaba el tipo. Y si no pregunten a sus abuelos.
Mucho ha pasado y sufrido España y los españoles para vivir bajo un gobierno democrático. Bajo un tejado plural donde el miedo a decir creo en Dios, en Alá o en Buda o soy ateo, o ideológicamente me coloco en la derecha o en la izquierda ya no existe. Ese miedo se consiguió vencer. Pero no vamos a explicar lo que todos ya saben y lo que ha significado para este, nuestro país.
Aunque se ve que todos no lo saben. O lo saben y se lo pasan por el forro de los cojones. Lean con atención la noticia sobre la que dedicamos esta reseña y lo entenderán.
Parece mentira que estos grupos que pretenden la igualdad entre sexos y hablan sobre pluralidad de la mujer como ente social, tengan la poca vergüenza de realizar actos que solo se pueden comparar con las escenas más horrorosas de una guerra absurda que ya sufrieron muchos. Y les recuerdo a estos grupos, que también murieron muchos. ¿Y para qué? se preguntaran este grupo de lelos que desean hacer “daño moral y materia a la fe católica”. Pues para que todos pudiéramos vivir mejor, para que nos pudiéramos expresar libremente. Sin miedo. Y es lo contrario a sus actos, ya que ustedes desean de nuevo sembrar el miedo y no permitir a la sociedad su libre expresión de fe y opinión.
“La iglesia simboliza y representa la opresión histórica y actual sobre todo hacia nosotras como mujeres, decidiendo sobre nuestras mentes  y nuestros cuerpos, nuestro papel y nuestros roles en esta sociedad patriarcal" Comentaba en su web este grupo de inadaptados sociales reivindicando el ataque a la iglesia de catalana de San Vicenç  en el barrio barcelonés de Sarriá. Parece mentira que a día de hoy todavía existan grupos que amparados en el anonimato, porque nunca dan la cara, menosprecien la cultura, la historia y se caguen y meen en las instituciones que las protegen. Así que en base a esto. ¿Por qué no le echan huevos y se van a quemar mezquitas en nombre de la mujer? O ¿Por qué no queman el Congreso y el Parlamento como símbolo que ha significado la opresión de la mujer al no dejarla participar en política?
Solo diré, panda de ignorantes, ojala algún día comprendan lo que significa realmente las palabras “igualdad” y "respeto a las que ustedes hacen tanto referencia.

lunes, 4 de abril de 2011

Los bloques que vienen

Por la Resolución 1.973 de  la ONU (Esa magnánima organización que vela por la seguridad mundial) se resolvió mediante la mayoría de los votos de los componentes del Consejo de Seguridad, tanto de los miembros permanentes con derecho a veto como de los invitados, la intervención mediante el uso de la fuerza en Libia para solucionar la crisis “política” que sufre comentado país africano.
Sobre este conflicto nos llega a diario información sobre los últimos incidentes, ataques, los costes que puede significar para cada país, los intereses de los estados sobre el tablero libio etc. tenemos un constante informe de la guerra libia.
Pero poco se ha hablado de la votación de la resolución 1.973. De lo que puede significar. De lo que podríamos leer entre líneas. Así, un humilde servidor se va a prestar a ello dándoles su punto de vista de lo que considero se puede extraer de ella. Que no es poco.
El Consejo de Seguridad, que no es sino que un listado o directorio de las grandes potencias que han marcado y siguen marcando en mayor o en menor medida el devenir de la política y la economía internacional del siglo pasado y del actual, han decidido lavarse las manos o intervenir en el conflicto de Libia en base a los intereses de cada actor.
Pero una cosa estuvo clara. Existen dos bloques, dos divisiones claras entre las potencias que optaron por el “a favor” de la intervención, y las que optaron por la “abstención”. De los 15 miembros del consejo, 10 votaron a favor de la resolución 1.973: Estados Unidos, Francia y Reino Unido, con derecho a veto y miembros permanentes, así como Nigeria, Líbano, Sudáfrica y Gabón, todos ellos países africanos como dato a remarcar, Colombia, Portugal y Bosnia y Herzegovina. Mientras por la abstención votaron los miembros permanentes Rusia y China, al igual que India, Brasil y Alemania.
Prestaremos especial atención a los miembros del G5. Por un lado, las viejas potencias, a las que llamaremos Bloque Occidental: Estados Unidos, Reino Unido y Francia, una alianza con cierta reminiscencia. Y por el otro, las futuras y nuevas superpotencias del BRIC: con Rusia y China como miembros del G5, más India y Brasil. Dos mundos políticos y económicos diferentes. Intereses muy parejos.
Según el Bloque Occidental, especialmente las potencias anglosajonas, la posición activa de intervención que han tomado vela a favor de la Seguridad Internacional, y en nombre de ella derrocar el régimen dictatorial de Gadafi y apoyar a los rebeldes para la consecución de un gobierno democrático. Esto es muy bonito. Sin embargo el temor al triunfo de Gadafi ante este alzamiento rebelde contra su gobierno implicaría una merma de poder en la política internacional de estas potencias. Demostraría la debilidad actual en política internacional de Europa y Estados Unidos. Sin mencionar los intereses de sus empresas en muchos países de la Liga Árabe así como en la propia Libia. Por ejemplo, tanto España como Italia tienen relaciones comerciales directas con Libia por su riqueza en gas. Sin embargo, Francia no. ¿Qué creen que les interesa “garrapiñar” en este mercado tras el futuro fin del conflicto como miembro de la alianza, Favorecer un fantástico gobierno democrático amigo donde reine la libertad de expresión y los derechos civiles o gas y petróleo? Use discernimiento el lector.
Observen los hechos internacionales de la década pasada. La política dirigida hacia el Mundo Árabe por parte de Occidente está plagada de incoherencias. Desde aperturas de mercados amparados en la mayor de las especulaciones como Bahréin gobernado por monarquías absolutistas como los Al Khalifa, idéntica situación a Arabia Saudita y Catar por intereses puramente económicos, pasando por guerras contra dictaduras que ya estaban “designadas” desde mediados de siglo XX pero que ya no interesaba mantener y estorbaban, hasta llegar a bloqueos comerciales “silenciosos” a países como Irán por su política de rearmamento nuclear.
Ante esta falta de criterio y ambigüedad política ante un Mundo Árabe con cada vez más peso en la sociedad internacional, ha hecho que occidente necesitara con urgencia recuperar la autoridad perdida dando un golpe de efecto sobre el tablero de juego árabe.
Pero sin duda quien más atención nos llama es la posición de las futuras dirigentes de la política internacional, las potencias del BRIC. La tesis sobre estas potencias emergentes (Brasil, Rusia, India y China) argumenta que el potencial económico de estas será el más influyente para 2050. Y personalmente, me parece muy razonable dicho razonamiento. En base a esto, estas potencias no “vetaron” la decisión de los países occidentales aun pudiendo hacerlo. Pero tampoco se mojaron al abstenerse, y las cuatro votaron de la misma manera bridándose un apoyo “visible” para el que guste ver entre líneas. ¿Para qué enzarzarse en una guerra contra uno de los países que pertenece a uno de sus mayores clientes, la Liga Árabe? El mercado internacional ruso y chino tiene entre sus grandes cuentas a muchos países de esta zona. Así como también empresas del mundo occidental ¿Por qué, por tanto, ganarse enemigos?
No entran en la mesa de juego, pero no pierden vista de cómo se juegan las cartas. Mientras sus grandes competidores occidentales envejecen y pierden su poder y hegemonía en conflictos como el libio, ellos, el BRIC y sus amistades como México y Corea del Sur esperan pacientemente a ver cómo se desarrollan las juegadas difíciles para intervenir en el momento preciso.
Dos bloques, las viejas potencias y las futuras, con posturas diferentes en un conflicto internacional a la busca de beneficios económicos y diplomáticos. El mundo cambiará de actor principal, pero las reglas que giran alrededor de estos son las mismas.

jueves, 31 de marzo de 2011

Sin discernimiento. Con ironía.

Estimados lectores (O como se considera políticamente correcto, lectores y lectoras. Así como ciudadanos y ciudadanas. Una parida)
Comenzamos hoy lo que, espero, sea una herramienta de comunicación personal donde poder expresarme con la libertada desea.
Esta primera "entrada" o "artículo" tendrá el motivo de explicaros el por qué de este blog. Lo resumiremos en dos puntos fundamentales:
1- Como estudiante de Periodismo, en mi primer añito, mucho nos están hablando de la transformación de los medios de comunicación ante las nuevas tecnologías, y de la necesitad de subirnos cada uno de nosotros individualmente a este tren, antes de que sea demasiado tarde. Pero este es un tema que daría para mucho, y que podremos tratar más adelante.
2- En segundo lugar, y probablemente el más relevante, el motivo real es la posibilidad de poder expresarme, no con libertad, sino como me venga en gana de lo que me apetezca. Y esto significa que podremos hablar sobre la actual situación en los países árabes o de las películas más cutres, casposas y freak que existen. Como por ejemplo, La Vagina Dentada.
En definitiva la cosa va de pasarlo bien.
Este será un blog sin discernimiento, pero con ironía.
CDRuizOlivares