"Como un sauce al lado de vastas aguas". Ezequiel 17:5

lunes, 5 de noviembre de 2012

Bolonia y la mediocridad


Hace hoy una semana, una compañera de clase que realiza prácticas en los estudios de Inforadio en la facultad de Ciencias de la Informacion de la UCM, me pidió mi colaboración para terminar un ejercicio evaluado de la asignatura para la que realiza estas prácticas.
El ejercicio consistía en, a través de una breve pregunta, conocer la opinión de algunos alumnos de la Complutense sobre la implantación del Plan Bolonia en las aulas de la misma, ya que se cumplía el 3º aniversario de entrada en vigor. 
Sin dudarlo acepté. La situación ofrecía la posibilidad de ayudar a un compañero de estudios, y además me permitiría dar mi abierta opinión en un medio sobre un tema que me incumbe y afecta de manera personal.  
Como ejercicio era necesario, no solo grabar la opinión, sino    transcribirla para su entrega al tutor de la práctica, así como a los miembros pertinentes que componen Inforadio. Supuse pues, que esta sería una medida de "control" sin mayor relevancia. Aunque más tarde podremos razonar que no fue así.

A continuación publicamos el contenido de la breve entrevista:

Pregunta - "¿Crees que la implantación de Plan Bolonia en el sistema universitario español está siendo el adecuado?" 

Respuesta - “Considero que la implantación es mediocre, inadecuada e insuficiente Razonaré mi respuesta en torno a 3 puntos.

1. El problema de la implantación del plan en España es que la inversión en recursos para educación es escasa de raíz y mal gastada desde hace mucho tiempo desde el propio gobierno y desde los departamentos de investigación de las universidades. Por lo que se deduce que la implantación de un proyecto educativo que pretende igualarnos al nivel de Europa es inadecuada e insuficiente sin haber arreglado nuestros problemas internos en materia de educación.

Sandy ¿Simple huracán o causa del calentamiento global?


El director de Análisis del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos, Kevin Trenberth, dio a conocer este viernes que los efectos del huracán Sandy fueron más intensos debido al cambio climático.
El fenómeno meteorológico que azotó varios países en Centroamérica y la costa noreste de los Estados Unidos tuvo mayor intensidad debido al cambio climático, de acuerdo con el director de Análisis del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de EEUU. Explicó Trenberth que el fenómeno meteorológico, que devastó amplias zonas del Caribe y de la costa oeste estadounidense es una tormenta digna de recibir el adjetivo de "histórica", por cómo se elevó la temperatura del mar hasta dos grados.
Agregó que debido a ello, hubo 10% más de agua evaporada de los mares, alimentando el sistema del ciclo del agua, y en consecuencia,  se generó un 20% más de lluvia.
Trenberth afirmó estar seguro que tanto este huracán como el resto de acciones meteorológicos extremos ocurridos en 2012 “hubieran sucedido seguramente sin cambio climático, pero no hubieran roto todos los récords conocidos ni sus efectos hubieran sido tan mayúsculos”. En estos términos, el científico también se refirió al fenómeno El Niño, cuya capacidad de crear patrones meteorológicos con consecuencias mundiales, son bien conocidos.
Consideró además que el calentamiento global no solo intensificará tormentas y sequías en el futuro, sino que las hará más continuas. Puso como ejemplo la sequía que azotó Australia en 2009, acompañada de una ola de calor y de fuertes incendios; en 2010 fue el caso de Rusia; en 2011 al sur de Estados Unidos y en 2012 a la zona central de Norteamérica.
“Veremos a quien le toca en 2013, seguramente a otro continente”, manifestó Trenberth, quien es uno de los autores de los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) de 2003 y 2007.
¿Son estos “actos” naturales motivo de preocupación para la sociedad actual? Muchos podrán concluir que tales manifestaciones de la vieja Gea siempre han existido. Y sin duda que la verdad les abala, ya que desde el diluvio bíblico, pasando por la erupción del Vesubio que arrasó Pompeya, hasta los “ojos de dragón” o torbellinos que se tragaban los galeones españoles, la historia nos ofrece hechos de que las catástrofes naturales siempre han estado presentes en la existencia del hombre.
Sin embargo nos atreveremos a decir que nunca lo han sido en la medida tan superlativa en que lo están siendo en nuestra sociedad contemporánea. Los huracanes como ‘Sandy’ y otros cataclismos naturales han sucedido siempre. Pero antes la información sobre ellos no se extendía por el mundo con tanta rapidez y no llegaba a tanta gente. Ahora, con el desarrollo del Internet, es imposible ocultar su fuerza devastadora y las víctimas que ocasiona.
“Esta es una parte de la verdad, pero no toda la verdad. En diferentes países del mundo existen estadísticas de los fenómenos naturales peligrosos que revelan la tendencia al aumento en los registros de los mismos, independientemente de si los medios de comunicación masiva hablan de ellos o no”, Comentó el subdirector del Centro de Meteorología de Rusia Dmitri Kíktev a un medio del país al ser preguntado sobre la devastadora y  “misteriosa” ola de calor que azotó Rusia como hemos comentado.
Mucho se puede discutir sobre el calentamiento global, como ocurre con la firma del Protocolo de Kyoto, considero como un complot mundial para el beneficio de los países de occidente en contra posición de los países “fábrica” de las naciones emergentes, como China, Brasil o México. Pero no tiene sentido negarlo. Durante más de 160 años miles de personas han medido la temperatura del ambiente varias veces al día en diferentes puntos de la Tierra. Anotaban los resultados de sus mediciones, que más tarde fueron publicados y contrastados.
Es por ello difícil imaginar que durante más de un siglo y medio existiese un complot de meteorólogos para garantizar la firma del Protocolo de Kyoto en un futuro lejano.

En los últimos 150 años, el promedio de la temperatura mundial en el aire cerca de la superficie de la Tierra aumentó 0,6°C. Los cambios de temperatura no son homogéneos en todo el planeta: si en los polos ha subido casi 2ºC, en el ecuador no ha cambiado prácticamente. La diferencia de las temperaturas entre los polos y el ecuador disminuyó. Esto produjo el debilitamiento de los vientos en las capas superiores de la atmósfera y, como resultado, cambios en la circulación de las masas de aire, lo que traduce en fuertes tormentas y huracanes.

Aunque esta sea una explicación que pueda resultar poco satisfactoria de cómo el cambio climático afecta directamente a las manifestaciones de la naturaleza, tales como los huracanes, esperamos que sirva como alerta para nuestros lectores. Ya que, aunque así fuese, la comunidad internacional no será capaz de hacer más que, realizando un esfuerzo enorme, mantener la temperatura en los niveles actuales.

¿Nos encontramos ante los primeros pasos de un cambio de ciclo, como al que apuntaban los mayas? La respuesta la hemos de dar nosotros como miembros de la sociedad. Pero el sentir de la sociedad actual es este: Aceptación de los mensajes recibidos. Para la humanidad, que recibe a diario la información momentánea a través de la red de redes, es más práctico aceptar que en el mundo todo cambia y el clima no es ninguna excepción, como lo está siendo la economía, y adaptarse a estos cambios en vez de concienciarse a favor de ellos.

jueves, 7 de junio de 2012

La expansión de la República Popular China: Sociedad, cultura y censura informativa


Tema trabajo:
  1.           Los medios de comunicación y la influencia de las NTI en la expansión de la República Popular China.
  2.          Aproximación a la realidad China a través de sus medios de comunicación y el trato de la información.
  3.      Visión sociológica del presente y futuro de la actual sociedad China, así como de la entera sociedad globalizada.


Palabras Clave:
República Popular China                             Xihuan
Revolución Cultural                                     CCTV
Mao Tse-tung                                             Semiosfera
Medios de comunicación                            Cultura
Conciencia social                                        Movimientos sociales
Economía dual                                            Nuevo entendimiento social

Censura informativa                                     Redes sociales

INDICE:
  • Introducción – Pag.: 2 - 3

Parte I
La vieja China – Pag.: 4 - 12
  • Las bases de la China actual: La China de la Revolución y el pensamiento Mao Tse-tung – Pag.: 4 – 6
  • Formar, más que informar – Pag.: 7 – 12
    • Prensa escrita de formación social – Pag.: 8 – 9
    • Consignas y eslóganes: El periódico convertido en cartel – Pag.: 9 – 10
    • Radio y televisión – Pag.: 10 – 12

Parte II
La nueva China, el despertar de un gigante dormido – Pag.: 13 – 19
  • China,  el dragón rojo “capitalista” - Pag.: 13
  • la China del siglo XXI y los tabús de información – Pag.: 14
    • Xinhua, agencia oficial de China al servicio de los ideales únicos – Pag.: 14 – 15
    • CCTV: La televisión China ¿Para todos? – Pag.: 15- 18
  • El Twitter chino, Weibo, como un carnet por puntos – Pag.: 18 - 19

Conclusiones
  • Presente y futuro de la República Popular China: El advenimiento de una nueva sociedad – Pag.: 20 – 24

Bibliografía, webgrafía y citas – Pag.: 25






Introducción

El mundo del siglo XXI como continuación acelerada de las  transformaciones y cambios iniciados en la segunda mitad del siglo XX ha devenido en la llamada “Globalización”, como realidad impuesta a las sociedades en general y a los ámbitos académicos en el caso particular que vivimos.
Desde la perspectiva de los estudios de la “Teoría de la Información”, así como la de otros campos relacionados con esta como “la estructura de la comunicación” o la “Teoría de la Comunicación”, los paradigmas comunicacionales y las teorías críticas de la sociedad se encuentran en una instancia de revisionismos y reformulaciones ante el avasallante impacto de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIyC) incorporadas a los procesos tradicionales de producción material (capital) y simbólica (Cultural) de las sociedades postindustriales.
Como veremos más adelante las pautas epistemológicas, y las teorías formuladas en distintos análisis sobre los medios de comunicación, la cultura de masas y la industria del ocio se han venido desarrollando desde las primeras décadas del siglo pasado y precisan, y así lo describiremos de un permanente trabajo de investigación y profundización que actualice las conclusiones a los imparables avances tecnológicos, a los desarrollos económicos y sociales, a las transformaciones culturales y como hemos anticipado a las consecuencias de la globalización.
Por si los retos anteriores no fueran de una magnitud enorme se presenta en el horizonte, o quizá se encuentra ya entre nosotros, un nuevo reto en todos los ámbitos; el salto de economía emergente a potencia hegemónica mundial de la Republica Popular China. 
Convivimos con ciudadanos chinos, nos relacionamos con sus negocios, en los medios de comunicación nos hablan de su poderío económico, de sus logros tecnológicos, de sus proezas en las olimpiadas y de su nacionalismo de nuevo cuño “confucionista”; sin embargo sabemos poco de su cultura, de sus medios de comunicación y su estructura de pensamiento social. En realidad vivimos sin entenderles y salvo que nos compren deuda soberana, les compremos bienes baratos o cuando nos fijamos en que ven programas de televisión, leen periódicos o hablan en su idioma, ¡y nos sorprende! no les prestamos mucha atención. Quizá todo esto deba cambiar y la atención de nuestra inquietud, la curiosidad de nuestro saber y la actualización de nuestra futura forma de vida no pueda sustraerse al conocimiento y la reflexión de qué está pasando en la República Popular.
Para acercarnos a esta realidad, expondremos en los páginas de este trabajo una breve argumentación del devenir la China actual, buscando pistas es su pasado más cercano y en su carismático líder Mao Tse-tung, así como poniendo especial atención en el manejo y evolución de sus medios de comunicación, y por ende en su uso de la información antaño y en nuestro contexto de aldea global, sin olvidar anotar su apabullante progreso económico como Estado. Como conclusión, aportaremos una idea fundada en estos hechos de cómo ha afectado este contexto a la cultura y sociedad china del “aperturismo”, ayudar a comprender cómo una de las civilizaciones más viejas del mundo se esfuerza, a través de un presente efervescente, a convertirse en la más nueva, y cuáles pueden ser las consecuencias futuras, en un mundo de convulsiones sociales donde la información se ha convertido, aún más si cabe, en la verdadera moneda de cambio y en el arma para vencer al sistema conocido.



La vieja China

Las bases de la China actual: La China de la Revolución y el pensamiento Mao Tse-tung

Como exponíamos líneas más arriba, para comprender el presente de la República Popular China, hemos de hacer resumen de lo acontecido dentro de sus fronteras entorno a la mitad del siglo pasado, especialmente tras la II Guerra Mundial. Periodo sin duda dominado por las revoluciones culturales del “gran proletario” chino y de su creador Mao Tse-tung.
Y es que la segunda revolución china, que se desarrolló entre los años 1966-1970, eclipsó a la primera, que triunfó en 1949, dando los primeros pasos de la China Comunista. En todos los horizontes del pensamiento, en los sectores económicos, así como en la vida cotidiana de su sociedad, el pueblo chino se anexionó a esta nueva línea divisoria.
 Esta revolución “grande” y “proletaria”, fue interpretada desde Occidente (Y así sigue siendo) como un movimiento político, cuyo único objetivo era terminar de cimentar los ideales comunistas, del que fue un país satélite de la URSS, aunque casi independiente de las directrices de Moscú. Pero nada más lejos de la realidad, ya que también y ante todo, fue una Revolución Cultural, hecho que Occidente abrevió al máximo o no quiso entender.
La Revolución Cultural significó la organización de la sociedad. No se entendería nada del objetivo de esta revolución (De hecho, no se entendió) si se pensara que su único objeto era la de reajustar las aspectos de la vida política china, como hemos comentado. Esta se centró en construir una nueva civilización compuesta de una sociedad nueva.
El escritor Kuo Mo-Jo[1] definió la Revolución Cultural como “el movimiento mediante el cual el pensamiento-maotsetung, esa bomba atómica espiritual de ilimitada potencia, ha hecho saltar en pedazos las barreras que detenían el curso de la revolución: Las que la liberación había dejado subsistir y las que el revisionismo intentaba reconstruir”.
La revolución fue un enfrentamiento entre las ideas “antiguas” y “modernas”. Sin embargo, esta explicación como medio de propaganda, que desde nuestro conocimiento y punto de vista occidental y democrático actual puede ser entendida como una manera de crear el oscurantismo generalizado en las masas, iba encauzada por caminos distintos, que tal vez nos fue difícil comprender. Y es que precisamente con lo que se pretendía “romper” era con el oscurantismo, arrancar al pueblo del subdesarrollo: Extender la higiene personal para prevenir o descubrir las epidemias; se realizaron campañas a nivel nacional para enseñar a leer; se consiguió sustituir las costumbres del matrimonio feudal por las prácticas codificadas por una nueva ley del matrimonio etc.


Como explicábamos, la Revolución Cultural tuvo un gran protagonista: Mao Tse-tung y su pensamiento “colaboracionista nacionalista”, en el cual nos centraremos en su análisis.
Antes del triunfo del maoísmo de la mano de los revolucionarios Chaing Kai-shek, Wang Ching-wei y el propio Mao, China se encontraba dividida en tres Gobiernos Comunistas, que se repartieron el territorio a voluntad, en completa situación feudal. En las tres zonas reinaba la fuerza del más fuerte, y esta pertenecía al terrateniente, que explotaba las tierras a su discreción, dando empleo, comida, seguridad y “vida” a quien lo deseaba. Es decir, como relataba el escritor revolucionario kuo Mo-Jo, antes mencionado, “una minoría de sibaritas terratenientes ligados al extranjero, solo dejaban dos caminos al resto de la población: Aceptar las corrupciones generalizadas o la lucha por la pureza; aceptar la degradación progresiva de la “antigua” Revolución, o rechazarla, aceptando la Revolución Cultural y su violencia”.
Pero desde nuestra educación occidental, ¿Cómo podemos afirmar junto con Kuo Mo-Jo que la única solución para la desganada nación China era adherirse a la doctrina comunista más radical en esencia? Razonaremos la respuesta. No afirmamos que el comunismo del tipo maoísta fuese el único camino practicable para la reconversión de un país feudal y subdesarrollado como China a una gran nación; sino que el único que estuvo dispuesto a realizar los cambios y ajustes necesarios fue este pensamiento-maotsetung, empleado esta ideología política ligada a este momento histórico.
La Revolución dio a los chinos, no solo libertad colectiva, de la que se hallaban privados por las anteriores reformas, sino que entregó al pueblo libertad “individual”: Por ejemplo, como hemos explicado, liberó a los campesinos pobres de los terratenientes, al pueblo de la miseria con los nuevos planes agrícolas  y reparto de alimento etc. Pero ante todo Mao se preocupó de asegurar a China el máximo de armonía en pensamiento político, y por ende social. Restableció el equilibrio interno de la sociedad, otorgando seguridad, confianza y dignidad al proletariado, convirtiendo un enorme colectivo de trabajadores “individuales”, en una masa compacta y fiel.
Sin embargo, este progreso social de unión, que más tarde se transformó en progreso económico y cultural, tuvo como daño colateral fundamental un poder imprescindible para “formar” a la nueva sociedad creada: La información. 

Formar, más que informar

El criterio de la información en China no fue la realidad, sino la utilidad. Patrón que ha llegado a nuestros días en el uso comunicativo que se da a la información, especialmente del exterior, en la República Popular China moderna.
Planteemos la siguiente pregunta ¿No puede servir una noticia para la formación del espíritu del público? La historia contemporánea nos ha mostrado que si, con ejemplos tan comunes como la propaganda nazi de Adolf Hitler y Hernit Schifler, la propaganda de agitación política de Lenin y Stalin, así como las estratagemas informativas de manipulación de los bloques occidental y comunista de la Guerra Fría y con especial mención en los estudios de manipulación e influencia de los medios de comunicación en la denominada Mass Comunication Reserach.
Para el mundo occidental de la época, acostumbrado al atropellamiento de la “última hora” o de la “edición especial”, el trato informativo de los pocos medios chinos existentes, sería como caer en el más profundo de los olvidos. Sin embargo, el trato y uso que recibía la información en esta nación por parte de los medios de comunicación y del Estado, se alejaba de una mera manipulación “ordinaria”. A la información se la orquestaba a placer, eligiendo el momento más propicio para su publicación y la mejor presentación.
Con frecuencia, los medios chinos revelaban las noticias de interés a la sociedad con un inexplicable retraso. Por ejemplo, la famosa proeza natatoria de Mao del 16 de julio de 1966, nadando 14 kilómetros del río Yang-tse en sesenta y cinco minutos, solo fue hecha pública nueve días después ¿Se esperaban circunstancias favorables en la nación para su explotación, o simplemente no se quería dar a conocer? en tal caso ¿Habría Mao autorizado su publicación para el día 25 de julio por algún motivo en concreto? Estas preguntas son solo especulaciones planteadas en la investigación de este trabajo sobre el trato que la información recibía en la china revolucionaria. Mas, precisamente en esta investigación plantea, desde Occidente, en concreto en España, se dio una versión distinta a esta noticia. En concreto el diario ABC del 28 de julio del mismo año 66, publicó la noticia de la proeza natatoria de Mao alegando que su propósito era ocultar el mal estado de salud de Mao, dando a entender “que aún es un superman a sus sesenta y dos años de edad”[2].
Pero sin embargo, este fue un patrón, de ocultación y manipulación informativa, que se repitió en innumerables ocasiones. Para demostrarlo, citaremos otro ejemplo en consonancia a lo expuesto en el apartado anterior, la Revolución Cultural China, en cuanto a su franqueza informativa. Se esperó exactamente un año para dar a conocer el acontecimiento que constituyó el primer signo de la Revolución Cultural: La disolución, el 16 de mayo d 1966, de una comisión encargada de una refundación completa de la enseñanza y cuyas propuestas fueron juzgadas como incapaces de hacer verdaderamente popular el régimen de estudios.
Toda opinión contraria a la que se deseaba difundir era censurada o presentada bajo una luz desfavorable, para fomentar así su rechazo por la ciudadanía. Como comentaba un líder revolucionario chino de la provincia de Chekiang, en una de las pocas entrevistas que se consiguieron en la época a algunos de los miembros del Partido Comunista Chino, “toda información es pasada por el cedazo de la política. Si descubrimos en nuestras filas las tendencias revisionistas o contrarrevolucionarias, no se consolidaría la dictadura del proletariado. La política debe estar en los puestos de mando, y en la información”[3]. No se trataba de llevar al conocimiento de los chinos noticias con las que pudieran llegar a sentirse manipulados, sino que se trataba de “explicarles” lo que podían hacer para contribuir a la revolución y elevar su conciencia revolucionaria. La propaganda se concretaba en hablar al corazón de las masas, ya que en aquella China, no se trataba tanto de informar como de formar. Explicar, encontramos aquí la palabra clave.
Los grandes dirigentes del Partido basaron el manejo propagandístico de la información en explicar a la recién salida sociedad china de la ignorancia feudal, cómo debían ser sus nuevos patrones sociales y la forma de entenderlos. Y para ello, se valieron de todos los métodos y medios disponibles en la época, de los cuales destacaremos algunos a continuación.

·         Prensa escrita de formación social
¿Cómo fueron las rotativas y las sedes de los periódicos durante este periodo? Pocos y controlados por el Partido único de Mao. De hecho, el medio del que reportaban todos los demás periódicos u hojas informativas era El Diario del Pueblo, publicado por primera vez el 15 de junio de 1948 en Pingshan, aunque las oficinas se trasladaron a Pekín en marzo de 1949 donde fue declarado diario oficial del Partido en agosto de ese año.
Las ediciones diarias de este periódico se sucedían y se asemejaban unos a otros. Tirados en cuatro millones de ejemplares, se trataban más de una gran editorial del Partido, que de un medio informativo. En cuanto a lo referente a “información” nacional se solían abordar temas como el gran salto adelante en producción agrícola e industrial, aunque nunca se aportaban datos económicos literales, así como los resultados de encuentros deportivos del país y los progresos de la nación en varios campos, como la medicina. Por otra parte destacaba la elaboración de reportajes sobre “héroes” del trabajo, secciones en las que se presentaban casos de obreros, trabajadores o familias humildes desempeñando sus tareas diarias como ejemplos ideales de comportamiento social. También eran habituales la transcripción completa de los discursos de los granes dirigentes del Partido, así como los del propio Mao, como cartas dirigidas a todos los ciudadanos chinos.
[4] Referente al trato informativo de las noticas del extranjero, solo eran dadas a conocer en El Diario del Pueblo aquellas que eran favorables a las tesis de la China maoísta: El desarrollo del viaje de personalidad o delegaciones extranjeras en el país, así como las declaraciones en la ONU relativas a China.
El Diario del Pueblo desempeñó el mismo papel que tuvo el diario ruso Pravda durante las primeras décadas del comunismo en la URSS, a saber, dar el tono al resto de la prensa. De hecho, en los periódicos de provincias, que no se solían publicar a diario, reproducían los mismos temas que había tratado y destacado su hermano mayor. La prensa escrita era un reflejo exacto de las voluntades del Partido y de su jerarquía, para lo cual fueron creados. Pero no fueron los únicos medios que se emplearon como elemento de propaganda política y como herramienta de manipulación de la información.

·         Consignas y eslóganes: El periódico convertido en cartel
El Diario del Pueblo y otras hojas de información no solo eran impresos y publicados en las famosas sabanas de papel de la época, sino que se convertían en carteles fijados en los lugares públicos donde mayor era la aglomeración de ciudadanos. En China, la ideología era un elemento más del paisaje.[5] En universidades, entradas a fábricas, en avenidas comerciales done los ciudadanos realizaban sus compras, en escuelas, en los puertos de mercancías, el cartel reinaba como dueño y señor.
De manera casi genérica, estos carteles estaban llamados a proclamar las consignas y preceptos de Moa Tse-sung y su famoso “Libro Rojo”, con frases incendiarias y propagandísticas como: Aplastemos al Imperialismo; ¡Vivan los planes quinquenales!; Economicemos los alimentos; etc.
También era habitual ver convertido en cartel las noticias de “interés” para el partido, pegados en las fábricas, plazas, o lugares de tránsito habitual de los ciudadanos chinos. El objetivo era socializar entorno a los ideales de Mao a los componentes de la nación. Una escena repetida a diario en las fábricas y en el campo era ver a los obreros, durante su descanso, leer juntos los carteles-periódicos, estratégicamente colocados en paredes o puertas de los lugares de trabajo para su lectura informativa.
En esta línea, el que se convirtió en el medio más poderoso para la manipulación informativa, fueron los altavoces. Estos fueron para la China de la época, como los transistores para los occidentales. Aullaban en las zonas públicas de las ciudades los eslóganes del partido, o se leían las noticias de El Diario del Pueblo en las fábricas, mientras los obreros realizaban sus rutinarias tareas. Y de esta misma manera, una red de altavoces, conectados con la radio, barrían los campos de cultivo de arroz, en donde trabajaban los aldeanos de los pueblos más alejados de las ciudades.

·         Radio y televisión
Como comentábamos en el apartado anterior referente a los altavoces, la radio se convirtió en el referente informativo de para educar a las masas. Funcionaba a todas las horas del día y de la noche, y estaba presente en todos los hogares, porque se trataba de un electrodoméstico barato y accesible a todos los ciudadanos. La principal emisora, que repetía sus ondas desde su inauguración en Pekín en 1958, era una “franquicia” operativa de la Unión Soviética, quien cedió su tecnología a la aliada China para su construcción e implantación en el país.
A diferencia de la rado, la televisión, aunque disponible en los grandes almacenes del momento, se trataba de un “capricho” caro para la población (Unos siete salarios mensuales de un obrero o un año de un empleado agrícola).
¿Por qué esta diferencia de precio, y por tanto de accesibilidad, entre estos dos aparatos electrónicos? Porque, a diferencia de la radio convencional, la televisión ofrecía la ventaja de poder transmitir imagen y sonido unidos, lo que convertía a la televisión en el objeto ideal como medio propagandístico para el partido. Es por ello, que en vez de facilitar su compra a las masas, se reservó su uso “encubierto” a la visualización colectiva en hogares culturales de empresas o de comunas populares habilitados por el Partido.
¿Cuál era la parrilla diaria? Documentales de estudio sobre el pensamiento maosetung; charlas sobre higiene en el hogar y en el trabajo; informes y documentales sobre los últimos avances de la nación en campos como la industria, la agricultura o la medicina; reportajes sobre estudiantes, trabajadores o profesores ejemplares. En cuanto al cine, eran habituales las emisiones de películas de producción nacional, con temas relacionados con la guerra civil o la resistencia contra las invasiones japonesas. O incluso películas históricas extranjeras, cargadas de señas ideológicas y propagandísticas, como El acorazado Potemkim o Lenin y la Revolución de Octubre.
Pero el plato fuerte del día eran los informativos, que se emitían a las horas clave en las que las personas se reunían alrededor del televisor en los mencionados centros culturales o espacios comunes, habilitadas por el gobierno como zonas de recreo colectivo. Los informativos eran breves y se centraban principalmente, como lo hacían los periódicos, en “noticias” de la nación, ya que de nuevo lo que se buscaba era el control ideológico de la masa.
Sin embargo, la ventana hacia el exterior que suponían la emisión de las pocas informaciones del extranjero que pasaban los filtros del Partido, eran recibidas por el pueblo como una ruptura con su rutina diaria. Era la ventana hacia los países occidentales, donde triunfaba una idea de felicidad consumista denominadas democracia y capitalismo.


Estas fueron las notas finales del aperturismo chino, “la Revolución Cultural”, y los primero pasos de la China actual. Pero como hemos comentado anteriormente, tenemos que alejarnos de nuestro punto de vista occidental en el contexto de la época, para comprender como fueron estos primeros pasos de la gran nación China para convertirse en la potencia económica dominadora actual.  
Hemos repasado en los párrafos del bloque anterior, dedicados a la China de Mao, que la intención de esa revolución social, política y cultural, no fue tan solo un elemento ideológico de sometimiento de masas ante el pensamiento único del Libro Rojo. Aunque destacados durante esta investigación los aspectos dedicados al trato manipulativo de la información, también hemos analizado que se trataba en el leitmotiv del argumento preparar a la subdesarrollada nación China para el advenimiento de un nuevo mundo, en que debería encajar para sobrevivir lo más rápidamente posible.
En los próximos apartados veremos en lo que se ha convertido este gigante y como la mezcla de ideas de su aperturismo internacional ha afectado tanto a su ideología, forma política de estado, sociedad, gracias entre otros aspectos a la llegada de “información” en forma de mundo globalizado.











La nueva China, el despertar de un gigante dormido

China, El dragón rojo “capitalista”

Las cifras de la gigantesca nación China apabullan más allá del imparable crecimiento económico. En materias como salud, energía, agricultura, comunicación, transporte, nuevas tecnologías, información y ciencias básicas son espectaculares. Con una población que supera los 1.300 millones de personas (cuatro veces la de EE.UU y dos y media la de la Unión Europea) dedicando cuarenta millones de sus ciudadanos a trabajar en campos relacionados con la Investigación y el Desarrollo, I+D.
Entre los años 1996 y 2006, los gastos en investigación científica se multiplicaron por siete, llegando a invertir el 1.5% de su PIB, siendo contra lo que pudiera pensarse el primer inversor mundial en energías verdes. Durante los próximos cinco años La República Popular invertirá un billón y medio de dólares en alta tecnología. Una inversión para preparar el futuro.
La siguiente anécdota traduce la imagen que el gobierno chino mantiene de las circunstancias actuales, durante la cumbre Asean 2009 en Phuket (Tailandia), los vecinos de China se quejaron de la ideología sinocéntrica de Pekín; entonces, el ministro de Asuntos Exteriores, reprendió a los diplomáticos tailandeses de forma ruda: “Por favor, recuerden todos hasta qué punto su bienestar económico depende de nosotros”. Que el resto del mundo también está variando su percepción de la realidad lo demuestra el hecho de que cuando advirtió a los participantes en la celebración de la concesión del Premio Nobel de la Paz al disidente Liu Xiabo, nada menos que quince naciones faltaron a la entrega del premio en Oslo, entre ellas se encontraban Rusia y Arabia Saudí.
Tenemos tendencia a pensar, y así lo manifestó el Jefe del Estado y del Partido Hu Jintao, que China es la fábrica del mundo, pero es mucho más que eso; es un país en expansión dentro y fuera de sus fronteras. A principios de 2011 acumuló reservas de divisas por valor superior a los 2.2 billones de euros siendo el principal acreedor de los Estados Unidos de América. Éste nivel de exportaciones que se ha multiplicado por doce en la última década solo en lo que respecta a África, también exige una estrategia política y de comunicación.
A tenor de lo anterior habría que orientarse por la afirmación del Ministro de Asuntos Exteriores Yang, en pensamiento de Confucio, “un mundo en armonía” como guía política y esto se traduce en igualdad y democracia para las relaciones y en cooperación y beneficio mutuo en la economía y en confianza para las cuestiones de seguridad; en la búsqueda de un progreso común en la cultura.
La China del Siglo XXI y los tabús de información

Antes de hablar brevemente sobre los medios de comunicación en la China actual, hay que tener algo muy presente: no nos encontramos ante un país cuyo sistema de gobierno es una democracia. China es un país de partido único y por eso el estado, el gobierno, tiene mucha injerencia en absolutamente todo. Los medios de comunicación incluidos.
Las mayores compañías mediáticas en el país son estatales y así tenemos en televisión la cadena CCTV, en materia de periodismo gráfico el periódico People’s Daily y una enorme agencia de prensa, Xinhua, que distribuye información no solo en China, sino sobre China en todo el mundo.

·         Xinhua, agencia oficial de China al servicio de los ideales únicos
La Agencia de Noticias Xinhua es la oficial del gobierno de la República Popular China y la mayor del país. Depende directamente del Consejo de Estado de la República Popular China, por lo que los críticos de la misma la consideran un instrumento de propaganda del estado. Reporteros Sin Fronteras la han calificado como la mayor agencia de propaganda del mundo.
La agencia comenzó su andadura en noviembre de 1931 con el nombre de Nueva Agencia de la China Roja y cambió su denominación a la actual en 1937. La sede central se encuentra en Pekín y estableció su primera oficina en el exterior en 1948. De hecho, es esta agencia quien en origen comenzó a publicar El Diario del Pueblo, que hemos analizado en el bloque anterior.
Su situación de privilegio en el entramado político chino hace que posea más de 10.000 empleados, 31 oficinas en China y 107 en el extranjero. La mayoría de los medios de comunicación chinos deben recurrir a sus servicios al no disponer de corresponsales, ni en el interior ni en el exterior. Además, Xinhua también sostiene diversas publicaciones en seis idiomas.
Sin embargo, en los últimos años, suponemos en consonancia con la crisis económica, se ha dado una progresiva reducción de las ayudas estatales a la agencia, que han quedado en el 40% de los costes, obligando a Xinhua a buscar alternativas de financiación con servicios en relaciones públicas, construcción y servicios de información empresarial.
La manipulación de la que es partícipe esta agencia se ve ejemplificada en el caso del disidente Liu Xiaobo, siguiendo la línea de lo desarrollado anteriormente. Durante los minutos en los que el comité del Premio Nobel comunicaba el galardón a Xiaobo, la agencia de noticias estatal narraba en una nota de prensa al resto de medios del país como una grúa, de fabricación china, estaba de camino hacia Chile para colaborar en las tareas de rescate de los mineros atrapados en la mina San José. El mensaje al exterior, de China hacia el resto del mundo, de este comunicado tenía una intencionalidad clara: Somos un país capaz, poderoso y con buenas intenciones humanitarias. Sin embargo, la interpretación que se puede hacer es una lectura completamente distante de esta intencionalidad: en China todavía reina una estricta censura sobre aquello que se opone a los principios del estado chino, aquello que pueda atacar su honor o el sentimiento patriótico de identidad y unidad que intentan transmitir desde medios de comunicación como Xhinhua.

·         CCTV: la Televisión China ¿para todos?
Como exponíamos, en la comunicación Pekín reconoce que sus propias noticias, producidas por sus propios medios de comunicación, son un método eficaz para influir en la opinión pública mundial.
De ésta forma se dio que recientemente, la Administración estatal de radio, cine y televisión de China (SARFT - State Administration of Radio, Film, and Televisión en inglés) en una especie de jornadas abiertas, mostró a periodistas de muy diversos países la forma en que manejan sus medios audiovisuales, confirmando que nada se emite en vivo. El control de esa inmensa red mediática es minucioso y sobre todo, pretende que los mecanismos de censura se apoyen en su aliada principal: la tecnología aplicada al control.
La propuesta “académica” de esta apertura a medios extranjeros, fue repensar las bases y los conocimientos periodísticos de cada participante, estudiar la estrategia y la planificación de medios de China y visitar algunos medios de este país para contrastar el discurso con la realidad.
Las autoridades chinas se muestran permanentemente interesadas en convencer al mundo que China no es un país subdesarrollado. Por el contrario, uno de sus indicadores más evidentes es la desigualdad entre ricos y pobres y los problemas que tiene el gobierno para llegar a los sectores más excluidos de la sociedad. Una de sus grandes preocupaciones es la imagen que dio China al mundo a través de las Olimpíadas, porque la grandiosidad de las inauguraciones creó la idea de una China que como totalidad no existe, un país que se divide en dos: La franja de costa al mar de China (El Cantón de China), con ciudades como Pekín, Hong Kong, Xiamen (Ciudad turística por excelencia), y otra que sitúa en el centor y sur del extenso país, donde predomina la población dedicada a la agricultura, ofreciendo un salto social, tecnológico y cultural enorme. Es por ello que China ha centrado un gran esfuerzo en los medios de comunicación desde la "apertura" en 1978, convirtiendo en el país con un desarrollo mediático más acelerado en las últimas dos décadas, aunque sólo haya sido a nivel estatal. 
Zuh Hong, Director de la Oficina de Administración del SARFT y su portavoz, manifestó el interés del gobierno chino para que sus productos audiovisuales tengan mayor visibilidad. La quinta parte de la población mundial está en China. Sin embargo, los productos periodísticos chinos son prácticamente desconocidos en el mundo occidental. Por otra parte, en la industria cinematográfica (donde están terceros tras India y Estados Unidos) no están interesados en ser primeros. Para China, el desafío en la industria del cine es competir con producción de calidad.
Si bien los medios pertenecen al estado, la televisión china se autofinancia a través de la publicidad. Sólo las teleseries (telenovelas o Soap Opera) solventan el 70% del presupuesto de la televisión china. El grado de popularidad de este producto televisivo indujo al gobierno chino a decidir incluir contenidos educativos dentro de las teleseries y en este momento los productores y diseñadores de contenidos están trabajando en el diseño de estos programas de "entretenimiento educativo" aplicados a la realidad de China.
El gobierno es responsable y plenipotenciario en la decisión última sobre los contenidos emitidos en televisión y radio. En cada medio de comunicación el director es el responsable de la programación, bajo la directa supervisión del SARFT que es el organismo estatal de control. Al ser consultadas las autoridades del SARFT sobre qué tipo de contenidos no pasan el control estatal, la respuesta ha sido siempre: “todo lo que atente contra el espectador y el interés general y todo lo que va en contra de las normas de SARFT y de las leyes de China”. Es más, Cao Ri, subdirector de CCTV 9 (el canal de la cadena CCTV que emite en varios idiomas porque es el canal de información internacional) dijo no haber leído nunca tales leyes y que por tanto desconoce el detalle de su contenido prohibitivo. La justificación del control se sustenta en un discurso monolítico y uniforme: la población china es muy grande y para sustentar el orden y evitar el caos, el control es indispensable. 
Sin embargo, las autoridades chinas han reconocido que a nivel de medios es necesario flexibilizar algunas normas, porque la censura de contenidos previa a la emisión imposibilita la competitividad. Mencionaremos un ejemplo sobre estas “carencias” de libre emisión de en su sistema de comunicación e información: un campesino, que fue testigo de un accidente aéreo reciente dentro de las fronteras chinas,  fue el primero en notificar sobre este accidente de avión, mandando la información a través de un domino web muy famoso en China. Por otra vía, este dato llegó a un periodista que lo sometió a los sistemas de control estándares del país para poder realizar el comunicado internacional. La autorización se demoró más de tres días y cuando finalmente la noticia fue enviada al exterior la prensa del mundo creyó que era un segundo accidente de aviación, porque el primero ya había sido tratado por vías o mecanismo no oficiales. [6]
El público objetivo de CCTV 9 ha dejado de ser la población de China, y hoy la dirección del canal apunta al público extranjero dentro y fuera del país. Buscan competir con CNN y la BBC. De hecho ya cuentan con 29 oficinas en grandes ciudades del mundo, y el año pasado lanzaron CCTV en castellano. Como la televisión no representa en esencia lo que es la televisión en sí misma, sino que hablar de medios de comunicación es hablar de política y de fuerza nacional, para la administración de China cualquier intercambio de programación o de señal televisiva con el exterior depende de las negociaciones que se realicen con el gobierno y no con las autoridades del canal y mucho menos con los productores de los contenidos.
Tras las consultas de algunos periodistas extranjeros que acudieron al llamamiento de este medio de comunicación sobre la distancia entre el discurso de apertura mediática y las medidas reales tomadas por el gobierno chino en esa dirección, el vicepresidente de CCTV 9, afirmó que un ejemplo de este aperturismo es que hoy tienen presentadores de noticias de diferentes nacionalidades. Lo cierto es que este argumento constituye un cambio radical que habría sido impensable no demasiados años atrás. Pero no sólo se quedó en la imagen de CCTV. El subdirector de CCTV 9 sorprendió a su audiencia cuando dijo: "creo que CCTV no está haciendo las cosas bien en términos de noticias, pero las noticias tienen su propio criterio en China. Estamos trabajando y lleva tiempo. Recibimos quejas de los espectadores porque los oficiales del gobierno aparecen demasiado en la pantalla".
Pero, al mismo tiempo, los altos cargos de medios como CCTV denuncian una y otra vez una campaña mediática de desprestigio a China dado que la información que manejan las cadenas internacionales omiten los pasos que China está dando hacia la apertura y no muestran todas las caras de esta nueva imagen del país. Las autoridades del gobierno chino coinciden en que, más allá de intencionalidades, hay un problema estructural en la prensa extranjera que es la falta de comprensión de la sociedad, la cultura y el sistema político chinos, lo que deriva en críticas que terminan estando basadas en la ignorancia y no en la malicia. Un caso paradigmático de este fenómeno, pero fantástico ejemplo de lo que venimos hablando en este párrafo, es la política de control de natalidad que es calificada por el mundo occidental como violadora de los derechos humanos, cuando dentro del país se entiende como una medida necesaria.
Y aunque socialmente, ciertas medidas políticas como la mocionada de la natalidad estás acogidas sin problemas entre los ciudadanos chinos, hay muchas otras medias referentes principalmente a la censura de información que no son aceptadas, y por las que existe una guerra abierta entre el gobierno chino y su población. Hablamos sin duda de las ya adscritas a este mundo global redes sociales, de las que pondremos un ejemplo acontecido hace pocos meses.


El “Twitter Chino”, Weibo, como un carnet por puntos

Weibo, como se llama el sitio web de microbloger en China y que en esencia se asemeja en prácticamente cada una de sus características y funciones a Twitter, tendrá desde ahora 8 prohibiciones esenciales que los más de 300 millones de usuarios chinos tendrán que respetar si no quieren ser expulsados de la red social.
Así, esta empresa “punto.com” de origen chino, ha decidido imponer una serie de restricciones de expresión a sus usuarios por las protestas dirigidas hacia la entidad desde el gobierno por los rumores “falsos” que desde este dominio pueden realizar quien la emplea.
La acción aplicada pues para el control de red social es la siguiente: cada usuario dispondrá de un total de 80 puntos, que irán perdiendo si no cumplen con las restricciones que se han impuesto, hasta el punto de poder ser borrados de la red social de manera definitiva. Así, la lista de restricciones a cumplir, dada a conocer como “convención de la comunidad” prohíbe utilizar a los usuarios utilizar el dominio web para:

  1. Difundir rumores.
  2. Publicar información falsa.
  3. Atacar a otros con insultos o comentarios denigrantes.
  4. Oponerse a los principios básicos de la Constitución China.
  5. Revelar secretos nacionales.
  6. Amenazar el honor de China.
  7. Promover sectas o supersticiones.
  8. Convocar protestas ilegales o concentraciones masivas.

Además, se añade que los miembros no pueden usar “expresiones indirectas u otros métodos” para infringir las normas, ya que es habitual que los en usuarios emplean nombres abreviados o usan claves para evitar ser identificados.
Aquellos miembros que estén por debajo de los 60 puntos por haber incumplido alguno de los puntos de la lista, recibirán una alerta desde el servidor. Y si su comportamiento es adecuando durante un periodo de 2 meses, su puntuación volverá a subir a 80 puntos.[7]
Nos encontramos por tanto ante una forma de control de internet en el país asiático. Pero más allá de una simple censura de contenidos en medios de expresión donde no existe control como internet, a modo personal diremos que lo que se pretende con medias como la mencionada es: acabar con el anonimato que ofrecen las redes.
Desde hace tiempo existían “normas”, como ocurría con CCTV y Xinhua, que apelan por el comportamiento ejemplar de los medios de comunicación en consonancia con los mandatos del Estado Chino, y que también se aplicaban para las empresas y medios en internet. Sin embargo, la noticia en esta ocasión era el sistema de puntos impuesto a los usuarios.
Es más, el gobierno ordenó a  Weibo, y a otras redes sociales del país como Baidu y Tencet, que para finales del presente año se asegurasen de que todos sus usuarios proporcionasen al medio su verdadera identidad, ya como es habitual en la red de redes, los internautas utilizan códigos y seudónimos para expresar sus críticas de modo indirecto, más si cabe en el contexto de privación informativo de China.
Entre los rumores que han navegado por la red entre usuarios de estas redes sociales chinas, han molestado de manera especial al gobierno las relacionadas con un posible asesinato del líder norcoreano Kim Jong-un. Las redes sociales chinas se vieron obligadas a eliminar todos los comentarios que hicieran mención de esta circunstancia, mediante un control de filtro de palabra clave. Es decir, como un filtro parental que un padre de familia pone en el ordenador de su hijo para que no vea ciertos contenidos.
¿Nos encontramos ante censura informativa, o solo ante un control por el beneficio final de la población y de la nación? ¿A qué tienen  medio los dirigentes chinos para “bloquear” las redes sociales?  El aperturismo tanto económico como mediático de China, ha facilitado también la entra de cambios sociales; cambios en el pensamiento de su colectivo. Colectivo que antes amaba las directrices de sus líderes como Mao, ya que les ayudaban a salir del subdesarrollo, pero que ahora no ven reflejados en la forma de estado actual, desfasa con los tiempos y con el resto de sociedad.
Entonces ¿Cuál es el devenir de la presente y futura nación China? Este será el punto que analizaremos en el siguiente apartado.

Conclusiones
Presente y futuro de la República Popular China: El advenimiento de una nueva sociedad

En un país de sistema político con dirección central única y modelo económico dual, a mitad entre el capitalismo más extremo y el marxismo aplicando a las finanzas, no podemos obviar una tercera incógnita que puede dar al traste con el resultado deseado para esta ecuación: una sociedad que empieza a conocer lo que antes le estaba vetado, que demanda un avance cultural a gran escala en todos los sectores.
La potencia económica de la República Popular requiere un continuado aporte de energía y materias primas que le llevan cada vez en mayor medida a depender de las relaciones de importación y exportación. Ello supone no sólo una obligatoria apertura al exterior sino una relación de influencia/dependencia de sus socios. Este intercambio ha forzado la apertura social de China al contacto con sistemas culturales que le son ajenos y al tiempo nos condiciona a saber y entender su forma de pensamiento, de cultura y de ocio.
Nos encontramos ante la unión de dos texto diferentes, pero en un contexto único de mundo globalizado, en una gran aldea global donde todo está interconectado. Estas relaciones de influencia/dependencia entre culturas y sociedades, con base la información, que se están dando entre China (Así como la de otras potencias emergentes) y el resto del mundo “desarrollado”, se asemejan perfectamente a conceptos semióticos de estudios de la cultura. En concreto en los términos de la “Semiosfera” enunciada por Yuri Lotman[8], que estudió la relación entre los microsistemas con el macrosistema aglutinador de estos primeros.
Un sistema micro sería la sociedad de la República Popular China. Y el sistema macro por tanto, haría referencia a la sociedad globalizada a la que pertenecemos todos. Por cultura dada, son sistemas opuestos, uno en el que la entrada y salida de información se encuentra bajo el filtro de la censura, y otro donde cada miembro está interconectado constantemente a una “interface” de información y comunicación sin barreras ni topes. Y es precisamente en las relaciones entre sujetos “opuestos” donde Lotman advierte  que se generan las nuevas formas de entendimiento, nuevos caminos o vías. Una nueva forma de sociedad-cultura se crearía en base a las relaciones entre “la propia cultura” de ambos y su enemigo, su opuesto.
Lotman lo ejemplificaba con el esquema de dos esferas interconectadas, denominando a este ejercicio Dinámica Centro-Periferia. En el centro de las esferas, estaría lo que por convenio debe ser. Lo novedoso sin embargo se genera en la periferia, en las fronteras de las esferas, cuando estas se interconectan entre sí. Cuando esta tendencia de relación entre opuestos aparece, se intenta integrar una esfera en la otra,  y al mismo tiempo se van expulsando cosas del interior de la esfera, porque pierden la calidad de innovador. De la misma manera, se van agregando cosas nuevas a las esferas conectadas.
Se genera así en este nuevo contexto lo que la semiótica de la cultura ha denominado un sistema de modelación, una nueva vía o camino como explicábamos antes. De hecho, como la cultura y las sociedad son “espacios” compuestos por miles de “conceptos” diferentes, esta se retroalimenta e innova sobre ella misma. Pero no lo hace ni en un espacio de la esfera ni en el otro, sino que a mayor cercanía a la periferia, las fronteras, mayor será su creatividad.
Esta es la situación en la que enmarcamos el presente de la Nación China. En este momento actual, se está abriendo un nuevo camino de interpretación social de sus ciudadanos, a los que se les puede censurar su uso de las redes sociales, como hemos analizado, pero que no tienen ya los ojos vendados. Cada vez son más los ciudadanos de todo el mundo que viajan a la lejana China en busca de oportunidades económicas, y que exportan junto con ellos los ideales de vida de Occidente. Y para esto no existe filtro de censura. Nada puede impedir ya las conversaciones vía Skype entre un ejecutivo vestido de Armani de la City of London y un propietario textil multimillonario de Pekín. Y de hecho, nada impide a este último comprar las aplicaciones para su SmartPhone del New York Times o del Wall Street Journal, y tener cada día el último ejemplar. Al alcance de cualquier adolescente con 40 euros que viva en China, están las antenas parabólicas que conectan con los satélites que repiten las señales de las cadenas de todo el planeta, y de esta manera ver canales tan tabú allí como la Mtv. Este mismo adolescente o cualquier otro ciudadano con acceso a internet, pueden descargar cualquier contenido gracias a los servidores extranjeros de almacenamiento de datos. Todo ello gracias a las capacidades de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIyC). Estamos ante dos mundo distintos que se interconectan. Sus fronteras comienzan a solaparse unas con otras, y ambas sociedades descubren novedades que antes les eran ajenas.
Es precisamente por ello, y volviendo a la forma de relación económica de esta nación, que ya hemos definido su propuesta y deseo de armonía mundial. Pero sin embargo no podemos obviar que su propio pueblo se encuentra en una situación de desplazamiento hacia una creciente clase media cada vez más exigente, hecho que preocupa mucho a los dirigentes del Partido único, pero que ni mucho menos molestas a los empresarios chinos y menos aún a la prácticamente entera sociedad. Las exigencias giran en torno al respeto a los derechos humanos y por tanto demandante de libertad de pensamiento y de creación cultural y artística. Ambos condicionan una necesidad creciente de libertades de expresión y de oposición a métodos de censura.
En alguna ocasión he podido leer en prensa, o escuchado en secciones especiales de radio y televisión, que este aperturismo “social” de la nación del lejano oriente es fruto de un rechazo a los ideales de China, y un abrazo absoluto a las clases de vida occidentales, donde reina la democracia. Mi reflexión personal relacionada con los datos expuestos hasta ahora es que esta conclusión, ofrecida en medios de comunicación, es muy superficial. Existe una implicación cultural y patriótica en este asunto. Es decir, aunque como comentábamos en la introducción, nos resulta extraño observar a ciudadanos chinos en España, esta sorpresa cada vez es menor. De hecho, en nuestra propia facultad  de Ciencias de la Información vemos a diario a alumnos de este país, que viene a formarse entre nosotros. ¿Invasión silenciosa? Muchos lo denominan así. Personalmente, considero que estas personas son “la novedad” de la semiosfera de Lotman. Son el detonante de la revolución social y cultural que se está dando en China ahora mismo. Son el torrente de información nueva que suministran a sus familiares, amigos y conocidos cada día que hablan con ellos a través de las nuevas tecnologías, y les expresan como funciona todo más allá de la Gran Muralla.
Estos jóvenes formarán parte del colectivo chino de “jóvenes enfadados”, compuesto por principalmente estudiantes en el extranjero que se enorgullecen de ser chinos, que desean no convertir al resto del mundo en China, sino ver convertida a China una parte más del mundo. Desean que las dos esferas (sistemas) se unan y den a luz una nueva forma de sociedad y cultura.
Y es que parece que el mundo (en sí, la información que nos dejan tratar) se divide en el enfrentamiento de estos dos bloques, la decadente occidente y las nuevas potencias del BRIC. Y así en lo referente a lo político-económico. Pero ¿Y en lo cultural? ¿Y en lo social? Es precisamente en estas dos líneas donde debemos observar si queremos vislumbrar el cambio de actor predominante de nuestro sistema.
Uno mismo se atreve a englobar el presente de esta agitación social china dentro de los famosos movimientos sociales contemporáneos. La sociedad actual se encuentra saturada. Raro es el día que no se expongan los desajustes sociales, las desigualdades que ha producido la aldea global, así como una crítica al estado de bienestar que tanto enamoramiento social a producido en los últimos dos siglos. Consecuencia de esta saturación son la rabia que produce la anomia cultural de no conocer el porvenir de nuestra colectividad, motivos ejemplo por los que se ha dado el 15M. Y mismos motivos en los que encontramos el 15M y le despertar social-cultural de China.
El devenir futuro de estos movimientos e ideales es, y será, a no muy largo plazo un cambio social, no por la búsqueda de la mejora laboral ni por la lucha de los derechos humanos, antaño ya lidiados, sino por la certidumbre que se respira hoy día en nuestra sociedad, especialmente un nuestro mundo occidental globalizado.
Con certeza no conocemos en qué se va a convertir la sociedad china ni los movimientos sociales, porque de hecho no somos psicohistoriadores de la novela “La Fundación” de Asimov[9], capaces de predecir el comportamiento social con 3 milenios de antelación. Y mencionando a grandes escritores y divulgadores científicos, no podemos dejar a parte la opinión de José Luis Sam Pedro[10], que da forma al prólogo del texto de ¡Indignaos! de Stéphane Hessel[11], ha mencionado en varias entrevistas sobre el tema de los movimientos sociales y la actual crisis, que ante la llegada inminente del capitalismo, con avances como las cartas de navegación modernas y las armas de fuego, nada pudieron hacer los señores feudales empleando la protección que les ofrecían los muros de sus fortalezas. No por falta de recursos o de medios. Tampoco por la inexistencia de nuevas ideas sobre el advenimiento de un “Nuevo Mundo” descubierto, sino por la certidumbre que producen acontecimientos como estos en los cimientos de una sociedad fundada y acostumbrada a un funcionamiento rutinario. Por el miedo al cambio.
Ante este razonamiento, recalcamos que nos encontramos ante los primeros pasos de un cambio global (Una nueva frontera, o sistema de modelación nuevo desde un punto de vista semiótico) que afectará a todas las esferas de nuestro mundo como lo entendemos y como lo hemos diseñado. O más bien ante una ruptura, una discontinuidad con el patrón conocido, un espacio de imprevisibilidad, producido por la anomia en la que vivimos, que se abre en la línea del tiempo.
Como reto intelectual, a nosotros que estamos en el campo universitario, nos quedan pendientes nuevas definiciones de lo público y lo privado desde una visión holística desde la incorporación de las Nuevas Tecnologías de la Información, desde un nivel micro en la nueva forma social de China, a un nivel macro que englobase a los movimientos sociales en toda la esfera y que nos llevase a un posible entendimiento sociológico, psicológico y cultural del devenir de nuestra colectividad.

Bibliografía:

  • Spence, Jonathan D. “En busca de la China moderna”.  Tusquest, España, 2010.
  •   Peyrefitte, Alain. “Cuando China despierte… el mundo temblará”. Plaza & Janes, Barcelona, Noviembre 1974.
  •  Mattelart, Armand y Piemme, Jean Marie. Industria(s) cultural(es) Génesis de una idea”. Traducción Oscar Lucien.
  • Semiótica y cultura, del texto: Umberto Eco 1991 y 2009; Del prólogo: Jorge Lozano, 2009; De la traducción: Mario León y Consuelo Vázquez de Praga, 2009. Círculo de Bellas Artes, 2009, Madrid.
  • Lozano, Jorge; Peña-Marín, Cristina; Abril, Gonzal. Análisis del discurso: Hacia una semiótica de la interacción textual. Madrid, Ediciones Cátedra, 1986.
  • Giddens, Anthony. Sociología. Madrid, Ediciones Alianza Editorial, 2010.




Webgrafía:
-          BBC World; “Las ocho prohibiciones del Twitter chino”. Mayo 2012.

-          Revista GEO; Nº 292 “China ¿Debemos temer al gigante?”. Madrid, mayo 2011.

        -       Hemeroteca  ABC, Nº 19.624, jueves 28 de julio, página 18. Edición Andalucía.
Citas:
-          Lotman, Yuri; “Semiótica de la cultura”. Cátedra, Madrid, 1979. “La semiosfera”. Cátedra, Madrid, 1996.

-          Sampedro, José Luís; “la vieja sirena”. Destino, España, 1990.

-          Asimov, Isaac; “Trilogía de la Fundación”. La Factoría de Ideas, Madrid, 2010.

-          Hessel, Stéphane Frédéric; ¡Indignados!. Destino, España, 2011.

[1] Guo Moruo (chino: 郭沫若Kuo Mo-jo) (Leshan, China; noviembre de 1892 - Pekín; 12 de junio de 1978) fue un escritor chino contemporáneo.
Escritor muy prolífico, fue poeta, dramaturgo y novelista. Escribió también numerosos ensayos sobre historia, arqueología y cultura china. Tradujo libros de escritores occidentales como Goethe o Walt Whitman. Desde su juventud, se identificó con las ideas revolucionarias del Partido Comunista Chino. Tras la proclamación de la República Popular China en 1949, fue reconocido por el régimen comunista como uno de los principales autores de China, convirtiéndose en el presidente de la Academia China de las Ciencias.

[2] Fuente: Hemeroteca  ABC, Nº 19.624, jueves 28 de julio, página 18. Edición Andalucía.
[3] Fuente: Peyrefitte, Alain. “Cuando China despierte… el mundo temblará”. Pag 209. Plaza & Janes, Barcelona, Noviembre 1974.

[4]  Imagen de una de las ediciones de El Diario del Pueblo.
[5] Cartel de 1964, que reza: Pueblos oprimidos uníos para derrotar al imperialismo americano.
[6] Fuente: Revista, GEO una nueva visión del mundo; Nº 292, pag. 50 – 54 Art. El sueño del gigante. Mayo 2011, Madrid.
[7] Fuente: Web, BBC World; Las ocho prohibiciones del Twitter chino, Mayo 2012.
[8] Lotman (San Petersburgo, 28 de febrero 1922 - Tartu, Estonia, 28 de octubre 1993) relacionó la semiología con la comunicación. Explicó que la semiosfera es el universo simbólico de una cultura y que ella se conforma por los actos comunicativos de los individuos que la conforman. Todas las personas vivimos bajo esa semiosfera que contiene todos los signos posibles de la cultura a la que pertenecemos, sin distinción alguna entre ellos; a lo largo del tiempo vamos aprendiendo y aprehendiendo cada uno de ellos para establecer comunicación con las demás personas. Lotman se interesó no solo por los signos en sí, sino por la comunicación que se da a través de ellos. Lo estudió de manera más funcional hacia el objetivo que tenemos todos los seres humanos, comunicar. La comunicación tanto verbal y no verbal de una cultura depende del sistema de signos que se crea en ella. Los signos pueden ser los mismos en otras culturas, pero lo que los define en una es su significación. De ahí la idea de que cuando queremos comunicar algo, dependemos de que quien reciba el mensaje pueda descifrar los signos con la misma significación que nosotros.
[9] Asimov, Isaac. “Trilogía de la Fundación”. 1951-1952.
[10] José Luís Sampedro (Barcelona, 1 de febrero de 1917) Economista, humanista y novelista español. En su novela, La vieja sirena relaciona teorías semióticas como la de Lotman con la semiosfera y la frontera, con el entendimiento sociológico y cultural del hombre con la sociedad.
[11] Stéphane Frédéric Hessel (Berlín, Alemania, 20 de octubre de 1917) es un diplomático, escritor, y militante político francés. Fue uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos humanos de 1948. Su libro, ¡Indignaos! (Indignez-vous!, 2010) ha sido traducido al español y publicado por la Editorial Destino, del Grupo Planeta, con prólogo de José Luis Sampedro. Las protestas de España y Francia que han tenido lugar en el año 2011, así como los movimientos ¡Democracia Real YA! y Movimiento de indignados 15-M, han sido relacionadas con este libro y las ideas planteadas en él,[ ]debido a ello se conoce a los manifestantes de estas protestas como indignados.