"Como un sauce al lado de vastas aguas". Ezequiel 17:5

lunes, 20 de febrero de 2012

Los Misterios de Japón: El J-Horror (Entrevista a Iker Jiménez)

(Extracto trabajo de investigación "El cine de terror: Sadako releva a Freddy" realizado por: Miguel García Salvadores; Carlos Breijo Linares; Graciela Camiña y servidor)
Iker Jiménez Elizari (Vitoria, Álava, 10 de enero de 1973) periodista licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Europea de Madrid, ha dedicado su carrera profesional como decíamos a la difusión de temas esotéricos y a la investigación dentro del campo de lo “inexplicable”. Galardonado por su fantástica trayectoria en la radio con la Antena de Oro en 2004, destacando su programa en la Cadena Ser, “3 Milenio” (Se emite desde 2001, y hoy sigue en onda), ha publicado 8 ensayos (Enigmas Sin Resolver I y II; El Paraíso Maldito, Fronteras de lo Imposible, Encuentros, Tumbas Sin Nombre, La Noche del Miedo y Milenio3, El Libro) con lo que ha cosechado gran éxito. En la actualidad Iker capitanea también el programa de la cadena Cuatro, “Cuarto Milenio”, orientado hacia temas relacionados con el misterio y el estudio de lo desconocido.
En el tema de investigación al que hemos hecho frente en estas páginas, se ha citado a muchos expertos en el campo del cine de terror y la cultura ancestral del Japón. Pero sin duda, no podría faltar la opinión y valoración de uno de los mejores periodistas de nuestro país en torno al periodismo de investigación de fenómenos parapsicólogos y otros enigmas sin resolver. Este es Iker Jiménez.
¿Le gusta el cine de terror?
Desde luego. Aunque muchas veces las historias reales, o casi siempre, superan a las tramas ficcionadas. Nada tan profundo, ni que cale tan hondo, como los hechos verídicos. El Exorcista, para mi, es el mejor film de terror de todos los tiempos. Soy incapaz de verla a solas. Juega con cosas muy insertas en la mente humana. Y lo hace de un modo magistral y no superado. Y no es por la niña y sus efectos, que eso es lo más superfluo y conocido. Al revés.  Es por cada plano de la trama incluso antes de que se desencadene la "posesión". Todo está envuelto de algo indefinible. Por eso es la obra maestra.
Cine de terror Japonés ¿Exotismo, mitología, o combinación de ambas?
Más que eso. Es una forma de percibir el mundo. Un oriental, mirando un  simple fotograma, no verá lo mismo que un occidental. Su “Visión Holística”, es decir, integradora, con capacidad para observar matices, para ahondar en detalles sorprendentes, es muy superior a la nuestra. Neurocientíficos han hecho experimentos muy interesantes con niños japoneses comparándolos con otros de diferentes nacionalidades. Y, sencillamente, “ven otro mundo”. Genéticamente, y con un pasado tan lleno de sensibilidad ante lo “sobrenatural”, son capaces de percibir elementos -en un paisaje, en un retrato- añadiendo una pátina de fantasía propia que es riquísima a todos los niveles. Un ejemplo sencillo: ¿Por qué nos impresionaban de forma tan especial – a los niños de los setenta- de los “brutos mecánicos” de Mazinger Z? Pues porque bebían de mitos y verdades muy antiguas. Aunque nosotros no lo supiéramos. Y en cada facción, en cada dibujo, estaba la presencia de eso “tan especial” que resumimos como idea japonesa del más allá. Eso son arquetipos del inconsciente colectivo japonés. Que no se parece en nada al nuestro. Pero nosotros nos aterramos con él. Nos parece algo más sobrecogedor. Porque lo entendemos con el subconsciente, no con el consciente. Ahí está la clave. El cine de terror habla a las capas más profundas de la mente.
El fantasma clásico japonés que aparece en estas películas se llama Ju-rei, que significa "alma apenas visible" ¿Cuál cree que es el motivo de su retorno al mundo de los vivos?
Para los japoneses, la venganza. La ira. Una cuenta pendiente. Eso, creo yo, los hace aún más terroríficos. El regreso con el fin de ajustar cuentas.
En su programa mencionan la existencia de leyendas y fantasmas que son los protagonistas de su cine actual ¿Conoce la leyenda de Ringu o alguna otra historia de las ceremonias de Hyakumonogatari Kaidankai ?
Las conozco. Han generado una nueva vía no solo en el cine, sino en el impacto visual. Los remakes americanos, sencillamente, no llegan. Son una manufactura occidental que se desprende de toda magia profunda y ancestral. ¿Y por qué? Pues muy sencillo, porque los japoneses CREEN DE VERDAD en lo que están contando. Y no hay mayor fuerza que eso. Ni el dinero, ni los medios, ni los actores. Creer de verdad es la clave del cine japonés. Si reconstruyes la Catedral de Burgos en Hollywood o en Las Vegas , con muchas luces, cartón piedra, con efectos, estará muy bien para algunos, pero no dejará de ser un garabato tosco de algo grandioso y sagrado en su original. Pues lo mismo ocurre con el cine. Por fortuna. Lo sagrado no se compra ni se puede igualar.
¿Creen que las películas de terror japonesas como The Ring (Ringu) o La Maldición (Ju-on) cumplen los patrones de las leyendas de Ju-rei japonesas?
En lo básico, en el retrato robot y en el comportamiento, sí.
¿Cree que el teatro japonés, el Kabuki, ha influido en su manera de hacer y entender el cine de terror?
Desde luego. Es el germen. La génesis. La representación perfeccionada durante siglos. Aterrar, sorprender, fascinar al público en vivo. Eso lo lograban. A veces con un poco de maquillaje blanco y unos ojos negros profundos, sin vida. Eso bastaba. Eso es suficiente. Eso es lo que llega. Y en el cine también. Con una fuerza que, nosotros los occidentales, desconocemos.
Como reflexión personal ¿Por qué cree Iker Jiménez que el cine de terror japonés nos da tanto miedo en occidente?
Por todo lo que he contado. CREER es la gran clave. Nada oculto, por otro lado. Si uno va a una caverna prehistórica, como las decenas que yo he rodado, puede aterrarse de verdad con algunos monstruos o espectros plasmados en las paredes. Son nuestros Ju-rei. Y siguen dando miedo, porque quienes los plasmaron, con terror sagrado, lo hicieron de verdad. Y si uno intenta comprender lo que significan y abandona el necio racionalismo con el que a veces miramos las cosas que no se han creado para ser racionales, sino para despertar intensas emociones, percibiremos su mensaje de verdad. En un mundo donde parece que impera el dinero, los medios, las celebridades y los efectos, no hay nada tan potente como la verdad. La sacra verdad de las cosas hechas con el corazón y la creencia. La verdad profunda reside ahí. Lejos de los adornos y los 3D. Por eso Japón sigue asombrándonos. No han perdido la capacidad de ahondar en los abismos de su propio inconsciente. Nosotros sí. Nosotros hacemos cine como negocio, como mascarada. Como una fantasía inconcebible en su veracidad. Pero ellos, como siempre, reflejan su mundo con verdad. La verdad del que sabe que lo imposible puede ocurrir a nuestro alrededor. Es una diferencia mágica.

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