"Como un sauce al lado de vastas aguas". Ezequiel 17:5

lunes, 5 de noviembre de 2012

Bolonia y la mediocridad


Hace hoy una semana, una compañera de clase que realiza prácticas en los estudios de Inforadio en la facultad de Ciencias de la Informacion de la UCM, me pidió mi colaboración para terminar un ejercicio evaluado de la asignatura para la que realiza estas prácticas.
El ejercicio consistía en, a través de una breve pregunta, conocer la opinión de algunos alumnos de la Complutense sobre la implantación del Plan Bolonia en las aulas de la misma, ya que se cumplía el 3º aniversario de entrada en vigor. 
Sin dudarlo acepté. La situación ofrecía la posibilidad de ayudar a un compañero de estudios, y además me permitiría dar mi abierta opinión en un medio sobre un tema que me incumbe y afecta de manera personal.  
Como ejercicio era necesario, no solo grabar la opinión, sino    transcribirla para su entrega al tutor de la práctica, así como a los miembros pertinentes que componen Inforadio. Supuse pues, que esta sería una medida de "control" sin mayor relevancia. Aunque más tarde podremos razonar que no fue así.

A continuación publicamos el contenido de la breve entrevista:

Pregunta - "¿Crees que la implantación de Plan Bolonia en el sistema universitario español está siendo el adecuado?" 

Respuesta - “Considero que la implantación es mediocre, inadecuada e insuficiente Razonaré mi respuesta en torno a 3 puntos.

1. El problema de la implantación del plan en España es que la inversión en recursos para educación es escasa de raíz y mal gastada desde hace mucho tiempo desde el propio gobierno y desde los departamentos de investigación de las universidades. Por lo que se deduce que la implantación de un proyecto educativo que pretende igualarnos al nivel de Europa es inadecuada e insuficiente sin haber arreglado nuestros problemas internos en materia de educación.
2. En segundo lugar, y aunque se hubiera logrado una correcta implantación, los pequeños reinos de taifas en los que se han convertido las cátedras y sus departamentos, impediría de lleno el uso adecuado de los recursos, tanto económicos como educativos, del plan Bolonia para el alumnado. Ya que estos mismos departamentos priman su ego por encima del de los demás, antes que por el interés en la enseñanza de conocimientos a los alumnos.
3. Y en tercer lugar diré que es mediocre su adaptación en consonancia con el nivel del alumnado universitario español, que es pésimo. Mientras no se entienda que estos recursos están destinados para preparar a una sociedad útil y no para gastar subvenciones en asociaciones estudiantiles o en clubs de recreo político, no encajaran tales planes educativos, como es Bolonia, en la estructura educacional de España”.

Tras terminar la grabación y transcripción de las líneas de arriba y darnos las educadas gracias y de nadas por la colaboración mutua, mi compañera me animó a escuchar el resto de opiniones obtenidas, así como la mía propia, en el programa en el que se emitirían más tarde ese mismo día.

Hasta el momento, y con el sabor de haber hecho algo correcto y útil,no cabía ninguna sospecha.


Sin embargo, la sorpresa llegó cuando a la citada hora, en el programa se escucharon opiniones en consonancia positiva con la implantación del plan, aunque cierto que no de acuerdo en su totalidad, y las menos con cierto carisma negativo referido a la forma de este y su implantación, pero que le daban un aprobado, y ni rastro de opiniones contrarios y mucho menos de los párrafos facilitados en este artículo.


Escuchado lo cual, servidor comenzó a cavilar. Un primer razonamiento giró en torno a la idea de que mis palabras no hubiesen conseguido traspasar las barreras del "control" rutinario que supuse. La otra opción haría referencia a que no hubiese quedado tiempo literal para la emisión de más contenido.


Resignado, opté por aceptar la segunda opción, en la que el inexorable tiempo impidió dar cabida a más resultados.


A pesar de ello, generó en mi persona una duda. Ya que como estudiante universitario, conozco de primera mano la opinión y el saber de muchos de mis compañeros sobre la implantación del Plan Bolonia. Parecer sobre el que me atreveré a decir que no es en grado alto positivo, y que se contrapone sin embargo a la opinión que se pudo entender (o "mal interpretar", si lo prefieren así)de las entrevista emitidas.


Por ello, y para conseguir una nueva opinión algo uniforme y ser conocedor de mi "errático" pensamiento o no, os animo a que deis vuestra opinión personal sobre el asunto en este blog. Así como que participéis en la encuesta que os facilito a continuación sobre el asunto


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