"Como un sauce al lado de vastas aguas". Ezequiel 17:5

jueves, 7 de junio de 2012

El cambio de la aldea global. El 15M y los movimientos sociales


En la Puerta del Sol de Madrid, ante la sede del gobierno de la Comunidad autónoma de Madrid, una placa señala el km. 0, punto desde el que se miden todas las distancias del Reino de España. Desde hace un tiempo, ese punto de fuerza geométrica y turística, indicó también otro origen: el del movimiento 15M.

Sin pararnos a relatar sus motivos y sus acciones, de las que hemos sido testigos a través de los medios, y del framming  del que ha sido objeto citado movimiento, nos centraremos en realizar cierto análisis de su origen con una función concreta: dar forma a su devenir, averiguar las futuribles consecuencias de estos movimientos sociales de carácter mundial. O mejor dicho, contestar a la pregunta ¿Qué será del 15M, y de sus hermanos en otros lugares del mundo, en un futuro?

Dando una respuesta al primer punto de nuestro análisis, innumerables son las definiciones que se han dado sobre nuestro español  movimiento 15M. Pero sin duda todos han coincidido, con tilde negativo o positivo, en especificar “gramaticalmente” el movimiento como un acontecimiento. El hecho de ser reconocido como acontecimiento, algo que por definición tendría una temporalidad breve,  hizo que se favoreciera una lectura rápida y la urgencia de una interpretación. Innegablemente esta estuvo marca por el marco de los medios de comunicación y por ende cargada de constataciones políticas, desde los ambos bandos de nuestro país. Nuestras dos Españas.

Para unos alborotadores, rebeldes sin causa y peroflautas. Para otros la justificación de la represión del “capitalismo” opresor. Y a este barco de parodias se subieron muchos, en afán de querer dar forma a un movimiento que por si no lo tenía.

Sin embargo están intenciones que se quedan en una primera y única mirada trivial del “acontecimiento” no profundizaban en su definición ni en su función, y por tanto tampoco pueden (Y así ha sido) vislumbrar sus consecuencias. Pocos fueron los que se atrevieron a proyectar una función (un origen) y por tanto, no solo un patrón de comportamiento, sino un camino a seguir de los 15M repartidos por España y todo el mundo. En el origen del 15M no hay una ideología ni una pasión definida, sino una materia que esperaba su puesta en forma: un estilo, la memoria de una política futura.

Al igual que el virtuoso del violín, que trabaja su pentagrama y su instrumento, para alcanzar la melodía perfecta, pero que en el camino ha dejado mucho esfuerzo y errores en sus ensayos, ocurre con los movimientos sociales actuales. De hecho la historia humana por aquellos años de la caída del Antiguo Régimen nos lo demostró. No se trató (ni se tratará hoy día) de un cambio espontáneo por consecuencia de un solo acto, sino que hasta la toma de la Bastilla como símbolo de la “caía” de este sistema, se dieron años, e inclusive siglos de cambios socioculturales alrededor de los estamentos de la época. Y es lo que acontece al 15M: Un cambio, o la intención primera de un cambio social.

La sociedad actual se encuentra saturada. Raro es el día que no se expongan los desajustes sociales, las desigualdades que ha producido la aldea global, así como una crítica al estado de bienestar que tanto enamoramiento social a producido en los últimos dos siglos. Consecuencia de esta saturación son la rabia que produce la anomia cultural de no conocer el porvenir de nuestra colectividad, motivos ejemplo por los que se ha dado el 15M. Y mismos motivos en los que encontramos el 15M.

El devenir futuro de estos movimientos es, y será, a no muy largo plazo un cambio social, no por la búsqueda de la mejora laboral ni por la lucha de los derechos humanos, antaño ya lidiados, sino por la certidumbre que se respira hoy día en nuestra sociedad, especialmente un nuestro mundo occidental.

No conocemos en qué se van a convertir los movimientos sociales, porque de hecho no somos psicohistoriadores de Asimov, capaces de predecir el comportamiento social con 3 milenios de antelación. Y mencionando a grandes escritores y divulgadores científicos, no podemos dejar a parte la opinión de José Luis Sampedro, que da forma al prólogo del texto de ¡Indignaos! de Stéphane Hessel, ha mencionado en varias entrevistas sobre el tema de los movimientos sociales y la actual crisis, que ante la llegada inminente del capitalismo, con avances como las cartas de navegación modernas y las armas de fuego, nada pudieron hacer los señores feudales empelando la protección que les ofrecían los muros de sus fortalezas. No por falta de recursos o de medios. Tampoco por la inexistencia de nuevas ideas sobre el advenimiento de un “Nuevo Mundo” descubierto, sino por la certidumbre que producen acontecimientos como estos en los cimientos de una sociedad fundada y acostumbrada a un funcionamiento rutinario. Por el miedo al cambio.
Ante esto, recalcamos que nos encontramos ante los primeros pasos de un cambio global, que afectará a todas las esferas de nuestro mundo como lo entendemos y como lo hemos diseñado. O más bien ante una ruptura, una discontinuidad con el patrón conocido, un espacio de imprevisibilidad, producido por la anomia en la que vivimos, que se abre en la línea del tiempo. Hecho que permitirá la creación de un nuevo entendimiento de sociedad, pero del cual, como menciona la Biblia en Mateo 24:36; De aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. Sin embargo, en acontecimientos como el 15M, lo que si vislumbramos son los primeros pasos de este nuevo entendimiento social.

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